martes, 9 de diciembre de 2008

El año en que sucumbí al indie nacional o Jitazos 2008

Un clásico de este blog, los jitazos de los últimos 12 meses, ordenados y con extras. Este año se nota que he estado en Italia (3 canciones lo recuerdan) y que definitivamente me he acercado al indie español. Esperemos que no vuelva a alejarme. Y si me alejo, qué más da. Como dicen Viva Maestro!, siempre nos quedará Japón.

1. Pinta de tarao - Los Punsetes
2. I'm not gonna teach your boyfriend how to dance with you - Black Kids
3. Freeway - Aimee Mann
4. Le coeur des volleyeuses bat plus fort pour les volleyeurs - Vincent Delerm
5. Dance - Los Superelegantes
6. Electric feel - MGMT
7. I was made for you - She & Him
8. Ready for the floor - Hot Chip
9. The age of the understatement - Last Shadow Puppets
10. Dry Martini S.A. - Nacho Vegas
11. Paris - Friendly Fires
12. Disco from Italy - Sleepwalk
13. Run Run - Those Dancing Days
14. La distancia adecuada - Christina Rosenvinge
15. Little bit - Lykke Li
16. Run - Gnarls Barkley
17. The girls - Calvin Harris/The boys - Dragonette
18. Break up the concrete - Pretenders
19. Vuelve conmigo a Italia - Hidrogenesse
20. Big easy - Raphael Saadiq
21. Money note - Camille
22. Rich girls - Virgins
23. Yesness - Matthew Herbert Big Band
24. Nightiming - Coconut Records
25. Lo dejas o lo tomas - Ellos
26. Golden age - TV on the radio
27. My delirium - Ladyhawke
28. Black magic - Magic Wands
29. Sleepyhead - Passion Pit
30. Luces de neón - Lori Meyers
31. La/le - Lovers
32. This is an emergency - Pigeon Detectives
33. Bodyguard - Dawn Landes
34. Ahí viene la decepción - Airbag
35. Shut up and let me go - The Ting Tings
36. The architect - dEUS
37. California girls - Magnetic Fields
38. Divine - Sebastian Tellier
39. Can´t go back - Primal Scream
40. Black/White - Raveonettes
41. In the night - Bassia Bulat
42. Warro - Da
43. Accidental - Inara George & Van Dyke Parks
44. Blind - Hercules & Love Affair
45. Can´t say no - Helio Sequence
46. Darling - Sons & Daughters
47. Jon Jon - Bart Davenport
48. In Italia - Fabri Fibra & Gianna Nannini
49. Here comes the serious bit - Long Blondes
50. Mercy - Duffy

Canciones que descubres con otras listas de final de año: Suena Brillante - Joe Crepúsculo, Kim & Jessie - M83, Honey - Erikah Badu, Strange overtones - David Byrne & Brian Eno, y A hold of you - Lambchop (de momento, al menos).
Descubrimiento viejuno: la banda sonora de Mad Men en general y, en especial, On the street where you live - Vic Damone



Video: Carmensita - Devendra Banhart
Canción del verano: Les limites - Julien Doré
Album: LP - Los Punsetes
Villancico: Christmas duel - Hives & Cindy Lauper
Versión bizarra: More than this - Division Day y Crush on you - Cannonball Jane
Concierto: Morrissey en el Fiber Fib
Friki Musical: Ojete Calor, que esperemos saquen disco en 2009

viernes, 21 de noviembre de 2008

Alberto Punset El Escorial o Yo también quiero ganar el Oscar por morrearme con Scarlett Johansson

Cuando salí de ver Vicky Cristina Barcelona me puse a pensar qué sería de la cinta si Woody Allen, en vez de ambientar la historia en la localidad catalana, hubiese optado por la capital de España. En lugar de esa horrible y machacona canción (por mucho que le guste a Juan Ramón Lucas) que se repite a lo largo del metraje, el tema central sería El Escorial, de Los Punsetes. Si casi te han escrito el guión, amigo Woody:

Querido Alberto:

Ese verano en El Escorial, gracias a ti lo pasé fatal. Si me lo cuidas, me voy de viaje. Tienes para ti, de sobra para los demás. Eres de los que miras en los accidentes. Sé que las chicas por la noche estáis asustadas, pero ¿tengo yo pinta de tarao? Lo natural es desconfiar. No los conozco y los odio. Siento que me arrepiento de lo que te he dicho esta mañana. Quiero morir en el preciso instante en que lo diga una chica.



No voy a participar en la polémica. No me interesa dilucidar si esta es la peor de Woody Allen o la segunda peor. Eso sí, nunca pensé que Penélope Cruz sería lo mejor del reparto. Aunque para que la premien tampoco es. Eso sí, mi fe en los Globos de Oro ha terminado de esfumarse: si han nominado a Javier Bardem es que ni siquiera han visto la película.

martes, 11 de noviembre de 2008

La inmortalidad es un McGuffin

Un señor muy inteligente me dijo hace poco que era preferible no regalar libros tochos (¿usó la palabra tochos?), que los tochos había que elegir leerlos y no que te los impusieran. De vez en cuando me da por leer algún tocho, aunque este año me he dejado un buen montón a medias. Otro señor, muy inteligente también, asegura que, llegada una edad, hay que elegir entre parecer progre o dejar los libros a medias. A mí en realidad me da igual parecer progre, así que, finalmente, conseguí terminar 'Bomarzo'.

Un McGuffin, según la nunca bien ponderada Wikipedia, es una expresión acuñada por Alfred Hitchcock que designa a una excusa argumental que motiva a los personajes y al desarrollo de una historia, y que en realidad carece de relevancia por sí misma.

Pues eso, que 'Bomarzo' comienza con un señuelo. El protagonista, Pier Francesco Orsini, es un noble italiano del siglo XVI que vive hasta nuestros días. Y tú te preguntas, ¿cuál es la misteriosa fórmula que lo convierte en eterno? Cuando vas por la mitad y ves que la cosa no pasa de la Venecia renacentista, te inquietas. Pero, después de leer 400 páginas, descubres el truco: la inmortalidad del jorobado Pier Francesco es un McGuffin. Ay, Mújica Laínez, si Hitch hubiese rodado más películas de época, lo que podría haber hecho con este material...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La audacia de la esperanza

La audacia de la esperanza es un concepto plausible porque la esperanza no es algo de lo que normalmente se abuse. Es como ese dicho tan español, el dinero y los cojones son para las ocasiones. También lo es la esperanza.


Hoy es una ocasión ideal para que los norteamericanos (y nosotros también, quizás) se muestren esperanzados. Pero no conviene excederse, ya que parece que el efecto pasará pronto.

El abuso puede desembocar en otro concepto bien distinto: el de la adicción a la esperanza, mal que padecía aquella pobre mujer que protagonizaba Requiem for a Dream. Seguro que ella hubiese votado por Obama.

viernes, 24 de octubre de 2008

Nunca más volveré a renegar de la televisión



La ficción televisiva ha reemplazado ya al cine como la forma de entretenimiento mayoritaria. Pero, por primera vez, la televisión no vomita sus contenidos sobre nosotros, telespectadores alienados, limitados a contemplar lo que se nos ofrece.

No, ahora podemos ver los programas que queremos ver gracias a internet y a esos benditos que dedican su tiempo libre a traducir las series y colocarles subtítulos. Gente como ellos es la que hace que la humanidad valga la pena. Porque el resto del mundo es malo. Y está loco.

Mad Men es una serie que durante 3 o 4 capítulos me pareció sobrevalorada, durante los 4 siguientes, brillante y, a partir del noveno, imprescindible.

La imagen es cortesía de Dyna Moe

En 'Shoot' hay una escena tan sencilla como certera para definir el tema de la historia. Betty Draper, la típica ama de casa norteamericana de clase alta, aparece con su look Grace Kelly en el jardín de su casa. Parece un anuncio vintage de cualquier cosa: la casa perfecta, el coche ideal, la ropa que te hará por siempre feliz. Mira a las palomas mensajeras del vecino. Después, fuma un cigarrillo. oh, oh, algo va mal, en los anuncios la gente no fuma y sonríe más. Las palomas emprenden el vuelo. De repente, descubrimos que Betty sostiene una escopeta y comienza a disparar a las aves. Suena una música maravillosa sobre el sonido de las balas y aparecen los títulos de crédito. La perfección que nos venden no existe hace mucho. La emprendimos a tiros con ella.

Moraleja: Betty Draper es mi nuevo ídolo. Otro día hablaremos de su marido.

jueves, 9 de octubre de 2008

La wikipedia mata al Nobel de Literatura

En 2008 consigue, contra todo pronóstico, el Premio Nobel de Literatura. Al conocer la noticia, debido a la sorpresa, sufrió un infarto de miocardio, y fue ingresado en estado crítico en el Hospital Charles de Gaulle de París, donde falleció pasadas la 13 de la tarde. El presidente Nicolas Sarkozy ha expresado sus condolencias por el fallecimiento a la familia del escritor francés.

Encontrado en la entrada de la wikipedia de Jean-Marie Gustave Le Clézio minutos después de que se anunciase el fallo del jurado del Nobel de Literatura.

Actualización: Le Clézio ha vuelto a la vida.

viernes, 3 de octubre de 2008

El rascacielos reflectante

Foto del autor


El hotel estaba justo enfrente. El edificio no llamaba especialmente la atención hasta que la luz del sol se marchó. Cuando la oscuridad llegó a Bruselas, la torre se iluminó, primero de todos los colores del arco iris, después de uno solo. Y, para rematar la faena, predijo la temperatura del día siguiente con sus luces chillonas. No puede reprimir un grito: ¡el rascacielos reflectante! Y meteorólogo... Todos los días, al caer la tarde, asistíamos al espectáculo. No nos decidíamos en calificarlo como una horterada o una obra de arte. ¿Se puede ser ambas cosas? ¿Un dibujo de Mucha? ¿Una película de Douglas Sirk? ¿Pushing Daisies?


Desconocía el nombre del edificio hasta que hace unos días me topé con él en el telediario. Se trataba de la Torre Dexia, propiedad de una entidad financiera francobelga que se había hundido en bolsa. La etérea crisis parecía materializarse en ese gigante de cristal y acero. ¿Apagarán ahora las luces? ¿No podrá reflectar el pobre rascacielos multicolor, virado a negro por culpa de las fluctuaciones de la economía de mercado? Bruselas ya no será lo mismo sin él.

martes, 30 de septiembre de 2008

Paul Newman, el concierto de Clint y la tristeza



Aunque lo supe aquella tarde, no pensé en ello hasta que, en el concierto de Clint, el grupo le dedicó una canción. Había muerto Paul Newman y para mí era como si se hubiese muerto un pariente lejano, alguien a quien no ves a menudo pero al que tienes mucho cariño. Y es que siempre estuvo allí: en La gata sobre el tejado de zinc, en El coloso en llamas, en Samantha, en El Premio, en Cortina rasgada. Ahora sigue estando pero, al mismo tiempo, se ha marchado, sustituído por una densa tristeza.

Nos quedan los recuerdos.

martes, 23 de septiembre de 2008

Odiamos tanto a Boyero

En el fondo, es pura y simple envidia. Mira que aquí hablamos de temas tan interesantes como La Era Victoriana o El plano inclinado de Hollywood y, a pesar de ello, recibimos escasísimos comentarios. Qué le vamos a hacer. El caso. El blog Una de piratas, perpetrado por Oti Rodríguez Marchante, ex-contertulio del programa de Garci y crítico de cine del ABC ha publicado un post sobre el tema de moda (al menos para mí): la polémica recogida de firmas contra Carlos Boyero. O contra El País. O contra los chicos de la prensa, así, en su conjunto. Yo qué sé. Y todo por salirse de una peli de Kiarostami y hacer alarde de ello.

Ese post, que lleva el anodino título de 'Qué poca vergüenza', va por los 425 comentarios. Pero no sólo es la cantidad, sino la calidad. A este texto se han acercado:

Stanley Kubrick: En realidad, 2001 debía terminar con la imagen del monolito incrustado en el culo de Juan Manuel de Prada, como símbolo de la inteligencia cósmica más allá de toda comprensión. Pero me pareció demasiado evidente. Por cierto, me he reencarnado en Pepón Nieto.

Antonio del Real: ¿Y nadie habla de mi última obra maestra?

Eduardo Torres Dulce: Señorita Pepita, debo decirle, en primer lugar, que no tengo polla. Y sólo follo con Garci utilizando la prótesis testicular que mi buen amigo Oti le regaló a Don Carlos Boyero.

Hermanos Lumière: Desde la tumba seguimos apasionante "polèmique". Augusto, hermano mío, mira que te lo dije: "El cine es un invento sin porvenir".

Paco el Pocero (ese hombre): ¿Y de lo mío, qué?


¿Y qué opino yo de la polémica? ¿Le importa a alguien? Bueno, pues pienso que alguien que afirma que Godard le parece uno de los mayores bluffs de la Historia del Cine y que detesta películas como 8 y Medio, Persona o Inland Empire... Que cada cual complete la frase a su conveniencia. ¡Y todos a comentar!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Seis grados de separación entre Marisol y Godard



Queridísima Marisol, o Pepa Flores, como prefieras:

¿Crees en la teoría de los seis grados de separación? He de confesarte que no he visto entera ninguna de tus películas pero me atreveré a asegurar que no tienen nada que ver con las de Jean Luc Godard. Aunque es probable que él hubiese disfrutado con tus canciones. ¿A quién no le gustarían?

De ahí a que te hubiese llamado para dirigirte hay mucha distancia. O seis grados únicamente. Porque resulta que, cuando creciste, rodaste una peli llamada 'La corrupción de Chris Miller' junto a la malograda Jean Seberg. A ella Godard sí la llamó después de verla ataviada como Juana de Arco en el film de Preminger. Oh, pero esto sólo es un grado. No se vayan todavía, aun hay más.

Tuviste una hija. María Esteve. Se hizo actriz. También cantó en el cine (El otro lado de la cama y su secuela). Probó suerte en el teatro. Siempre me gustó la gente que fuma en la cama. Fui a ver como María y su amante fumaban y fumaban sin salir del catre. Y hete aquí que uno de esos diálogos es como sigue:

Bueno, tengo cierta teoría sobre el cine.(...)
Por ejemplo, alguien ve Vidas Cruzadas y luego Magnolia, o… simplemente le gusta esa estética. Esa persona pertenece a un conjunto, conjunto A, y está bien. (...)
Pero imagina alguien que ve Volver. Y después Doctor Dolittle o La vida secreta de las palabras y después Dos tontos muy tontos. Y después… algo nada que ver. Esa persona no pertenece a ningún conjunto. No tiene una estética que lo identifique. Esa persona está mal.
Mira, yo salía con una chica que había visto todas las películas de
acción del mundo. Stallone, Schwartzeneger (sic), eso está bien… Pertenecía a un conjunto. Un día me invitó a ver una película de Godart (SIC). Algo muy sospechoso. Ese día supe que algo andaba mal y sí, a la salida me dijo que había vuelto con su novio. ¿Me entiendes...?


Seis grados (más o menos). Al pobre Godard lo meten en cada fregado...

PD: Y si te gustan Marisol y Godard, ¿cómo de mal estás?

In the mood for blog








Las oficinas son lugares en los que millones de personas malgastan sus vidas durante 5 días a la semana. Uno se fascina de cómo puede la vida desarrollarse en un entorno tan hostil. Los oficinistas se asemejan a animales fantásticos, como los peces que viven en las profundidades abisales o esas plantas raquíticas que crecen en los bordes de las autopistas norteamericanas.

Este entorno imposible y hostil, además, puede existir en cualquier lugar y época, lo cual es doblemente inquietante: los empleados han existido y existirán siempre, por muy alejado rincón del mundo que se observe.

Y así, Wong Kar-wai decidió contar una historia de amor en el Hong Kong de los años 60. Y, además de sorprenderme porque en tan exótico paisaje sonasen las canciones en español de Nat King Cole, me maravilló comprobar que las oficinas ya existían. ¿Dónde podremos escondernos de ellas?

Lo original es siempre lo mejor: In the mood for blog

martes, 22 de julio de 2008

The end of the blog as we know it

Canciones para celebrar una resurrección:


jueves, 10 de abril de 2008

Cerrado por reforma



Disculpen las molestias

martes, 8 de abril de 2008

Asuntos privados en lugares públicos

No puedo evitarlo: por más que se acueste con Sarko, Carla Bruni sigue resultándome atractiva. Puede que incluso más que antes. Convertida en primera dama de Francia, la Bruni parece haber alcanzado su estadio definitivo, como si lo de supermodelo o cantautora cool hubiesen sido solo sucesivas crisálidas de las que se ha ido despojando cuando le ha convenido.
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Los genios que traducen los títulos de las películas han rebautizado la última obra de Alain Resnais, ‘Coeurs’ (corazones), ‘Asuntos privados en lugares públicos’. Así, una leve comedia dramática sobre la soledad podría antojársenos una exhibicionista cinta pornográfica.


Quizá al genio que ideó esta frase decidió emplearla a toda costa, aunque no tuviese nada que ver ni con el argumento del film ni con el título original.
La expresión volvió a mí cuando vi a Carla Bruni en la recepción de los Reyes de Inglaterra, tan afectadamente espléndida, sonriendo en exclusiva para las cámaras.
Pensé en como el absurdo romance Carla-Nicolas se ha convertido en un inmenso asunto privado desarrollado en lugares públicos: en visitas oficiales, en actos retransmitidos vía satélite... En todas sus encarnacione, la Bruni ha ocupado el centro del escenario. Ahora, despojada de todos sus disfraces, continúa siéndolo. Los asuntos de estado no tendrán importancia. La inexpresiva mirada de la bella consorte ocupará todas las portadas.

jueves, 3 de abril de 2008

Me casé con UNA skrull

La invasión secreta de los skrulls (esos hombrecillos verdes de los que ya he hablado) se ha destapado ahora pero comenzó tiempo atrás. No sabemos con exactitud cuándo. Puede que se iniciase incluso antes de que existieran los superhéroes. Mucho tiempo atrás, puede que cuando campaban por la tierra otro tipo de héroes, a medio camino entre los hombres y los dioses.
He leído La Odisea y allí vuelve a citarse una de las historias más fascinantes de la antigüedad, la del doppelganger de Helena de Troya. La conocí cuando leí ‘Las bodas de Cadmo y Harmonía’ de Roberto Calasso.

Resultaba que los troyanos sabían que no tenían a Helena entre sus muros, sino sólo a su simulacro. (...) Homero había silenciado el escándalo supremo de la guerra de Troya: aquella sangre había sido derramada por un cuerpo de mujer que no existía, por un impalpable fantasma. A lo largo de cientos y cientos de años se seguiría repitiendo la misma historia, prolongando interminablemente el engaño de los héroes muertos al pie de los muros de Troya.


Por culpa de los amoríos de Paris y Helena una guerra enfrentó a dioses y hombres y destruyó la otrora próspera Troya, aunque el otro bando tampoco salió indemne. Si la mujer que lo causó todo no estuvo nunca allí, ¿Cuál era la naturaleza de su simulacro? ¿Quizá en su interior se escondía un hombrecillo verde? ¿Era Helena un skrull enviada a la tierra para aniquilar a una generación entera de héroes? ¿Para enfrentar a los mismísimos dioses? Es lo mismo que pretenden ahora con los Vengadores, los 4 Fantásticos, la Patrulla X. Si la invasión comenzó entonces, ¿qué otros personajes históricos fueron skrulls? ¿Cuáles los infiltrados en cada organización superpoderosa, en cada monarquía, en cada partido político, en cada directiva de canal de televisión? ¿Quiénes son ahora mismo? La invasión secreta continúa...

lunes, 31 de marzo de 2008

Me casé con UN skrull

Todos tenemos agazapado en nuestro interior un hombrecillo verde. El hombrecillo verde puede permanecer durante toda nuestra vida dormido o en silencio. Aunque a veces nos habla, y sus palabras nos subyugan, y así nos impulsa a hacer cosas que de otro modo no nos atreveríamos a hacer.
Los superhéroes están haciendo cada vez cosas más extrañas: se mueren a puñados (nunca por mucho tiempo), no llevan los calzoncillos sobre la ropa o tienen hijos antes de casarse. Marvel ha decidido echarle la culpa de estas actitudes a los skrulls. Los skrulls son una raza alienígena de hombrecillos verdes que pueden alterar su aspecto a voluntad. Parece ser que desde hace décadas planeaban una invasión del planeta tierra y la avanzadilla había sustituido a integrantes de los supergrupos más importantes.


Marvel no se ha dado cuenta de que llevamos echándole la culpa a los skrulls desde hace tiempo.
Volví a ver ‘La sombra de una duda'. La sobrina de Joseph Cotten no acaba de creer que, a pesar de que intente matarla, su tío sea el asesino de la viuda alegre, que se debe a una locura transitoria, a un golpe en la cabeza. Hitchcock intenta tranquilizarnos. Alguien tan hermoso no puede ser malo porque ha elegido ser así.


Todos tenemos dobleces, hábitos vergonzantes que intentamos ocultar. Y cuando se descubren, nunca somos culpables. El concejal de urbanismo de Palma de Mallorca, Javier Rodrigo de Santos, usaba fondos públicos para pagarse sus desahogos con chaperos. Un comportamiento vergonzante teniendo en cuenta que este ultracatólico se oponía públicamente al matrimonio homosexual. Cuando le pillaron dijo que su comportamiento se debía al abuso de las drogas. Seguro que su mujer e hijos piensan que no era él, que seguramente un skrull lo había suplantado. El hombrecillo verde siempre tiene la culpa.

jueves, 27 de marzo de 2008

Personajes de la posmodernidad pop: las chicas

Mismo tema, 4 décadas de diferencia:

Jacques Dutronc - J'aime les filles




Además, esta mañana me han regalado esto:




¡Como me gusta grabar cassettes! Y ahora ya no se me quedarán las cintas enganchadas en el loro.

martes, 25 de marzo de 2008

Maximiliano I de México y el destino

En el principio fue Carlota, un nombre que siempre me ha gustado aunque todo el mundo me dijese que es de niña pija. Carlota se convirtió para bien o para mal en el trasunto de mi mujer ideal e idealizada, como la Beatriz de Dante o la Sylvia de Guerín. Carlota estaba claro que no era ultraterrena, que no podía ser humana, por eso intenté llamar Carlota a mi gata pero no me dejaron. Después vino 'Amuleto', la novela de Bolaño en la que la protagonista, Auxilio Lacouture, una uruguaya que vive en México D.F. y pasea por los jardines de Carlota y Maximiliano. Aunque yo no sé mucho de México enseguida comprendí que ese Maximiliano era el Emperador Maximiliano I de México, lo fusilaban en un cuadro de Manet, un monarca absoluto en un país que parecía no tolerar esta clase de gobernantes y de hecho no lo toleró mucho tiempo. Pero, ¿de donde salió este Maximiliano y su esposa de encantador nombre?
Esto no me lo pregunté cuando leí la novelita de Bolaño, pues olvidé al fugaz Emperador de México, sino tiempo después, cuando viajé a Viena y visité el Schonbrünn, el palacio de verano de Maria Teresa y después de Sissi y Francisco José, que era hermano de, nada más y nada menos, ¿lo adivinan ustedes?, Maximiliano de México, por lo que era cuñado de la emperatriz Carlota.



Flaubert decía que un escritor no elige sus temas: los padece, Rodrigo Fresán dice que no hay que escribir sobre lo que a uno le gusta sino sobre temas que se aparecen algo así como fortuítamente. Por eso, me pareció que había algo que me predestinaba a pensar sobre, a escribir sobre Maximiliano I, el personaje más fascinante de aquella corte vienesa que hemos visto recreada en dramas románticos en tecnicolor protagonizados por Romy Schneider.
El otro día estábamos Anita y yo en el Museo del Prado, visitando la exposición 'El Siglo XIX', Anita me propuso un juego: con su guía en la mano me pidió que eligiera un cuadro de cada sala y ella me leería la descripción. De una de las salas elegí el retrato de una mujer, noble por su porte pero vestida sin lujos, una mujer que resultó ser Concepción Miramón de Fortuño, inmortalizada por Vicente Palmaroli, hija del General Miguel Miramón, que fue fusilado en 1867 en México junto a... Maxiliano I.
Seguiré intentando organizar encuentros casuales con esta figura histórica, a la que sobrevivieron su esposa Carlota y su hija, la suma de todas las cosas, Carlota Maximiliana, a la que conoceré de forma más detallada, seguro, tarde o temprano, es el destino.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Mutantes

Desde el principio supe que los mutantes acabaron hace mucho. La duda recurrente que me asalta es cual fue su historia definitiva, su historia última. Desde el principio pensé que la saga definitiva era una narración épica, en la que la Patrulla X decidía el destino del universo, en el que sacrificaban sus vidas para salvar a la raza humana de un final peor que la muerte.
En esta espiral que es nuestro devenir escuchamos cosas que quizá ya sabíamos y habíamos apartado del primer plano pero que repentinamente regresan, como se acaban contando siempre las mismas historias.
En la conferencia de presentación de ‘Cine, estética y pensamiento’, Doménec Font habló de los mutantes. No exactamente de los mutantes en los que yo estaba pensando, sino unos más añejos, los que aparecen en ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’. Este clásico de la serie B está protagonizada por unos seres que suplantan a sus víctimas adoptando su forma. Font habló de estos mutantes porque intentaba explicar El Cine. Suena pretencioso, pero si yo me intento explicar los mutantes supongo que gente más preparada que yo podrá explicarse el séptimo arte.
Así, llegamos a un tercer tipo de mutantes: aquellos que disfrutamos con el cine que requiere de explicación, áspero, difícil, inextricable. Font introdujo ‘Inland empire’, una cinta mutante, incomprensible, deliberadamente feísta pero que consigue subyugar a pesar de su desorden y su inquietante interpretación de la imaginería de ‘Alicia en el país de las maravillas’.



Lynch ha dicho de su última obra que es una espiral. La historia de los mutantes es una espiral. Los distintos surcos se parecen unos a otros y se suceden, su circunferencia es más o menos amplia pero siempre tiene la misma forma. Ya lo sabía. Su historia definitiva es la de una suplantación, la del robo de un cuerpo. Un ente (Fénix) suplanta a una mutante. La historia original se contó hace mucho y se repite periódicamente. Nosotros los mutantes sufrimos una posesión que nos transforma de engullidores de palomitas a seres que gozan con lo críptico, con lo fantasmagórico.
Los mutantes no son héroes, son criaturas subterráneas que imitan la forma humana y que quizá no decidan el destino de la humanidad, aunque es posible que consigan marcar la diferencia.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Necrológicas

Es inútil. Evitarlo, digo. Ayer hizo cuatro años. Y nos seguimos acordando. Yo y todos. Ya me acordé el año pasado. Y me seguiré acordando. Yo y muchos más. Aunque cuanto más tiempo pasa más creo sentirme como Carol Danvers, la Mujer Maravilla de Marvel, que perdió la memoria. Más tarde, recuperó sus recuerdos pero no las emociones que iban ligados a ellos, por lo que esa nueva memoria era un puñado de imágenes que no le sugerían nada. Esta bonita metáfora viene a decir lo que la canción 'Por si alguna vez te vas' de La Casa Azul:

Y es que recuerdos siempre habrá
Pero no valen para nada más
Que para establecer ratios de felicidad
Y poderlos comparar.

De felicidad o de tristeza, añadiría yo.
Cuando las sensaciones nos abandonan lo único que quedan son las obsesiones, ideas que se repiten sin cesar en nuestra cabeza, por eso alcanzan la categoría de obsesión. Desde hace cuatro años, una de esas ideas recurrentes ha devenido en obsesión. Cuando durante los días y semanas siguientes a aquel terrible suceso aparecieron en la prensa varias semblanzas de los fallecidos, pensé en mi necrológica. ¿Qué escribirían sobre mí los periodistas si muriese repentinamente en terribles circunstancias? Pues resulta que no soy el único que le ha dado vueltas a esta idea durante varios años. Por Público me entero de que algunos incluso la han retomado y la han convertido en un negocio.
No puedo evitarlo. Siempre en estos días pienso en el texto que me definiría "Luisru trabajaba en tal. Sus compañeros de trabajo le describen como un plasta pesadísimo que no paraba de hablar de cine francés y de los X Men. Le gustaba el queso, levantarse temprano y cambiar su fondo de escritorio todas las semanas".



Es inútil. Cada vez tengo la impresión más certera de que mi asumida mediocridad impedirá que tenga una muerte violenta y/o imprevista. Ya no pienso en mi necrológica más que de tanto en tanto. He comenzado, como Carol Danvers, a olvidar.

lunes, 10 de marzo de 2008

Elecciones

Tenemos los representantes que nos merecemos.


Otros descalabros.

Y como homenaje a la presentadora de la gala, ¡que vuelva Italia a Eurovisión! Sus artistas tienen la música pegadiza, la estética innovadora y las coreografías espectaculares, a la par que sencillas, que pueden triunfar en el festival.


martes, 4 de marzo de 2008

2666 en pastillas

La pastilla. Tata golosa ha vuelto. Una tarde se le ocurrió. Por qué no, se dijo. Por qué no regresar. Ah, sí, los micrófonos. Esta vez algo más descarado, más provocador. No leerlo, sino mostrarlo. Imagina las caras de los espectadores. Los micrófonos se convirtió en algo así como un clásico popular, algo de la más baja condición que de tan malo acababa siendo bueno. Como Los Nuevos Vengadores o Elvira, mistress of the dark. ¿Cómo hacerlo? Se presenta el reto. Àlex Rigola. A ese hombre de teatro al que una tarde se le ocurrió adaptar a Roberto Bolaño a los escenarios no le dio tiempo a escuchar el nuevo éxito de la italiana, pero tuvo la misma idea. Pastillas. Es el único modo. ¿De qué otra forma transformar en unas horas una novela de más de 1000 páginas? 2666 en pastillas. Efervescentes, coloridas, deliciosas, abyectas, alucinógenas pastillas.



La primera parte, la de los críticos. Profesores universitarios. Como en el chiste: un francés, una inglesa, un español... Buscan en México a un escritor alemán ¿Qué quitar, qué dejar? Si ni tan siquiera la novela parece tener sentido a pesar de su extensión, ¿cómo intentar dárselo en mucho menos tiempo? Pastillas, breves fragmentos en boca de los personajes. Todas las palabras que se pronuncian están extraídas del libro. Quizá no en el orden en que se dicen. La parte de Amalfitano. Un profesor chileno de filosofía que enseña a Wittgenstein, que habla con su padre muerto y que tiene una bella hija. Cristina Brondo. Los personajes van pasando de una parte a otra, también los actores. Se toman una pastilla mágica que les transforma en otras personas. La parte de los crímenes. Sangre y cruces. Poco más. Discutible. Un largo texto en la pantalla que Bolaño no escribió, que no quiso escribir. ¿Le hubiese gustado? Yo creo que no. ¿Pretende Àlex Rigola agradar a Bolaño? La parte de Archimboldi. El misterioso escritor alemán. Su identidad es revelada. Corre mucho. La Sra. Bubis enseña las tetas. Pero, ¿se llega a alguna conclusión? Una pastilla y a dormir. No me ha hecho efecto. Reposar durante 5 horas.
Dejo para el final, aunque no sea la última, la parte más lisérgica, la parte de Fate. Un puñado de actores encerrados en un cubo. El cubo es a la vez un ring de boxeo y una discoteca. Se comportan como si se hubiesen tomado una pastilla. Una de las malas. Y cuando ejecutan una coreografía al ritmo de ‘Gasolina’, uno toma conciencia de que Bolaño y Tata Golosa no están tan distantes. De nuevo la mierda y el arte se toman de la mano y nosotros experimentamos un subidón. La pastilla. Telón.

martes, 19 de febrero de 2008

Defensor de causas perdidas

Las hay a montones: El francés (el idioma, por Dios). Los premios literarios. Britney Spears. La política de Gallardón y Gallardón mismo. El canon. El cristianismo. El cine norteamericano contemporáneo...
Para todos los gustos, edades, ideologías o inclinaciones. Las causas perdidas están a la orden del día. Todos, tarde o temprano, acabamos adheridos a una. O varias, dependiendo del tiempo libre del que dispongamos.
Mi morbosa fascinación por Eurovisión es un tema recurrente en este espacio. El festival internacional de la canción es una causa perdida: no tiene ningún fundamento, ningún objetivo, más allá del megalómano propósito de unir a los pueblos del viejo continente. Pero, aun así, año tras año, me convierto en un mero número de ese share alarmantemente decreciente.
Guille Milkyway. Ideógrafo y único accionista de La Casa Azul. Hace un año me habría flagelado por echarle un vistazo a la portada de uno de sus discos y mírame ahora. Lo amas por insertar letras sobre la ansiedad en arreglos extirpados de videojuegos ochenteros, luego él se pone a amar a Laura y te dan ganas de soltarle lo que le dijo Björk a Gondry:

Qué gilipollas eres, madre mía.



Resulta que este año la nunca bien ponderada Televisión Española ha decidido pasar de las votaciones vía SMS y organizar la elección de candidatos a representante cañí en el festival a través de un medio mucho menos democrático, el inefable myspace. A tamaña competición se podía presentar cualquiera que grabase una canción y un vídeo. A pesar de que en el invento han tomado parte personajes tan fascinantes como La Terremoto de Alcorcón (no me provocaba tanta simpatía alguien tan deliberadamente casposo desde el advenimiento de Chiquito de la Calzada), apuesto por la revolución sexual. No solo porque piense que es un jitazo (¿desde cuando hace falta uno para ganar Eurovisión?), sino porque el ritmillo machacón se presta a una coreografía peripatética. Milkyway y sus secuaces (si es que los lleva) tienen algo inherentemente ridículo, algo valorable si se tiene en cuenta el creciente porcentaje de freaks que acuden a la cita eurovisiva.
Queremos indie pop. Vale que los artistas que van de independientes son igual de censurables y vacuos que los demás pero al menos su principal influencia no es Luis Miguel. Y es que los triunfitos are still alive. No podemos permitir que nuestra juventud crezca con ese referente, no señor. Es mejor que se tome como modelo a alguien que se considera fan de Pizzicato five, Stereo Total, Augusto Algueró y despropósitos similares.
La participación en Eurovisión de un adalid del indie pop como es La Casa Azul es indefendible porque no hay nada más mainstream que la televisión y, por ende, este festival. Es una causa perdida. Y esa es mi especialidad. Voy a votar a La Casa Azul hasta que se me caigan los dedos. Ah, y por si no ha quedado claro antes por favor os pido que vosotros hagáis lo mismo.

jueves, 14 de febrero de 2008

Personajes de la posmodernidad pop: Nórdicos

La música pop siempre ha sido un asunto de la parte anglosajona del mundo, por mucho que nos empeñemos el resto. Pero, como el invento ha tenido casi 50 años para crecer y expandirse, sus largas extremidades han alcanzado las partes más inhóspitas del planeta, que lo han asimilado casi sin quererlo.
Cuando uno busca una definición de posmodernidad, en la wikipedia se encuentra con esto: "Los rasgos más notables del arte posmoderno son la valoración de las formas industriales y populares, el debilitamiento de las barreras entre géneros y el uso deliberado e insistente de la intertextualidad, expresada frecuentemente mediante el collage o pastiche."
El pop como movimiento artístico adoptado por países y personas en principio completamente ajenos a él ha dado como resultado un pastiche sensacional en el que se observa, por ejemplo, que los territorios del norte de Europa son la sede de una alucinante escena musical en la que se reivindican los sonidos originarios de la música popular inglesa y americana.
Todo comenzó en Suecia. A finales de los 70 el sueco más famoso era Ingmar Bergman. Pero como la región escandinava está llena de contrastes casi por arte de magia nacieron ABBA. Desde entonces nadie volvió a tomarse en serio la frialdad y espiritualidad de este pueblo, infectadas ambas por coros angelicales y bolas de espejos. Después nos fueron llegando a borbotones otros artistas, algunos interesantes (Neneh Cherry), otros no tanto (Ace of base). ¿Qué amante de la radiofórmula no ha poseído un disco de Roxette?
En los 90 se produjo una eclosión nórdica que no da visos de detenerse en la actualidad, provocando que se publiquen en España discos no solo de músicos suecos, tambien de gente tan exótica como los islandeses. Como por ejemplo, Björk. Un, dos, tres, responda otra vez:



Se acabó el tiempo. Prácticamente ninguno de estos artistas aspiran a descubrir la pólvora, suelen revelar sus influencias a la primera de cambio, dando como resultado canciones que tarareas en la ducha durante semanas pero que no alcanzarán la posteridad, por mucho que nos empeñemos. ¿Es esto la posmodernidad pop? ¿O todo es una excusa para un puñado de listas gratuitas y sin sentido? Seguiremos investigando.

lunes, 11 de febrero de 2008

Un atisbo de humanidad

En un ya añejo cómic, el Onslaught: Marvel Universe, el supervillano de turno, Onslaught, mantiene una distendida conversación con el Profesor Xavier en la que le comenta que destruirá la tierra y a todos sus habitantes porque es muy malo y muy poderoso y nadie puede vencerle. El profe le responde que le falta algo para conseguir su objetivo: un atisbo de humanidad. Y que eso será su perdición.
Me gusta la expresión "soy humano", que sirve para justificar errores leves o defectos que le delatan a uno como ente cuyas reacciones y pensamientos son imprevisibles.
De eso trata más o menos 'La question humaine', de Nicolas Klotz, una película cuyo argumento establece un siniestro paralelismo entre el lenguaje de los departamentos de recursos humanos de las grandes corporaciones y el que utilizaban los nazis para redactar sus informes sobre el día a día del holocausto.



Como soy humano, tengo una predilección desaforada e injustificable por el cine galo. Como soy humano, me ofende que una cinta tan importante como esta no se haya estrenado comercialmente en España. Como soy humano, me hace reír que el protagonista, un inexpresivo Mathieu Amalric, haya ganado un puñado de premios internacionales por una interpretación en la que solo tiene que pestañear. Como soy humano, no entiendo a esas personas que viven para trabajar. Se me ocurren millones de cosas con las que obsesionarme antes que eso, aunque reconozco que no le pasa a todo el mundo, más si trabajan en una multinacional y su nómina abulta tanto como la guía telefónica.
Trabajar en una oficina tiene una cualidad adictiva. Te hace creer a veces que tu vida se reduce a ese espacio impersonal, a esos compañeros (con los que estableces relaciones que, peligrosamente, llegas a confundir con la amistad), a ese horario, y que el resto es únicamente el espacio entre un día laborable y otro. 'La question humaine', aparte de hablar de la pérdida de identidad de los individuos en la terrible uniformidad de la empresa, narra la construcción del proyecto vital del protagonista, un proyecto que aleja sus sentidos del lugar en el que trabaja, algo que no parecía haberle ocurrido hasta ese momento. Este oficinista vive en un vacío laboral: ama la música como quien ama las calles por las que pasa todos los días y, del mismo modo, sostiene una desapasionada relación amorosa. Sin embargo, permanece en su despacho de sol a sol y en sus ratos de ocio acude a enloquecidas raves interdepartamentales. Pero, poco a poco, la investigación sobre la supuesta enfermedad mental de un superior va rellenando los huecos de su gris existencia: le dedica sus tardes libres, sus fines de semana, sus minutos para el café. El oficinista entiende que, involuntariamente, la entidad a la que sirve le ha devuelto algo que le había arrebatado sin que él lo notase.
Las empresas, como el malévolo supervillano de un tebeo, pretenden someternos y, para ello, intentarán despojarnos de nuestra condición, de poder expresar de vez en cuando un "soy humano”. Pero para conseguirlo les falta algo: un atisbo de humanidad. Y esa será su perdición.

martes, 5 de febrero de 2008

Casting in da House

Para los que cantan. Para los que bailan. Para los que vienen de muy lejos. Incluso para los que se tiran pedos. Como señalaba la lúcida Mariola Cubells citando a uno de esos eternos aspirantes, la vida es un casting. La televisión sigue empeñada en ofrecer cinco minutos de fama a cualquier hijo de vecino que posea un talento. Este hecho exacerba uno de los males más extendidos de la caja tonta. Los rayos catódicos han metido en las huecas cabezas de los televidentes la idea de que sus problemas pueden ser resueltos, en definitiva, que su vida puede cambiar de la noche a la mañana, si aparecen delante de las cámaras de televisión.
House ha vuelto. Sigue andando renqueante por los pasillos del hospital Princeton Plainsboro, pero esta vez nadie le sigue. Sus compañeros de fatigas se despidieron al final de la temporada pasada. ¿Qué se le ha ocurrido al ínclito doctor para obtener unos nuevos? Organizar un casting. Un casting absurdo y enloquecido en el que un puñado de médicos hechos y derechos se someten a las más variopintas vejaciones con tal de trabajar con el mejor especialista en diagnósticos de la historia de las 525 líneas.



En su fuero interno, los pardillos que desean participar en un reality show saben que, aunque lo consigan, su cotidianeidad se alterará durante un breve periodo de tiempo. Nada es para siempre. Del mismo modo, los doctores saben que su permanencia al lado de House tiene los días contados. ¿Por qué? Porque en los títulos de crédito de la serie siguen figurando los fugados Foreman, Cameron y Chase. Pero, aun así, intentan resolver los misterios que se les plantean con la misma pasión que uno de esos paupérrimos inmigrantes rompe a cantar. Haciendo gala de la misma amoralidad. Sí, porque a estos profesionales de la medicina no parecen importarles las vidas de sus pacientes, sino ganar puntos ante el todopoderoso House. Igual que los concursantes. ¿Qué les importa la música, la danza, el arte? Lo único que su corazón anhela es la popularidad.
House es mucho más cruel que el más cruel de los jurados. Sus lacayos ni siquiera tienen nombre, son un número en un dorsal (¿no es igual en un casting?), son marionetas a las que se puede ordenar que laven un coche o desentierren un cadáver. Se aprestarán a hacerlo con la misma celeridad que los espectadores en enviar un sms para salvar a su diletante favorito.
Las series de televisión toman a veces la forma un espejo stendhaliano en el que se refleja lo bueno y lo malo del mundo, el barro y el cielo. Los programas de casting son un fenómeno cuasisociológico y, como tal, encuentran su reflejo en House, que organiza una selección de personal tan cruel y arbitraria como aquellos. Y tan futil. Los aspirantes no se quedarán. El jurado se apiada de ellos, les da ánimo para continuar, a pesar de que no tengan futuro. El doctor House, en cambio, es un cínico. Cada vez que asisto a otro casting, puedo escuchar de fondo sus carcajadas.

lunes, 4 de febrero de 2008

Belén Gopegui

En un viaje en tren a Florencia acabé de leer 'La conquista del aire', de Belén Gopegui. Aunque han transcurrido varios meses desde aquello, no he podido dejar de darle vueltas al final de la historia. Los protagonistas logran recuperar el dinero que le habían prestado a un amigo al principio de la narración, lo que inicialmente se me antojó el típico final feliz en el que los personajes se salen con la suya. Recuperan lo que daban por perdido y, además, logran mantener intactos los lazos que les unen. Pero me equivoqué al valorar la novela por su desenlace en lugar de por la evolución del argumento: la trama se cierra porque el dinero ha vuelto a su origen, pero su trayecto es el que ha generado todos los malestares, todas las tensiones, todos los enfados, las recriminaciones, las dudas e incluso las pequeñas alegrías. El dinero como condicionante no solo de nuestra moral y de nuestra ética (el dinero se ha introducido en ambas sin que apenas lo notemos y las ha modificado, afirma la autora en el prólogo), sino como factor determinante en nuestra percepción de la realidad.
Belén Gopegui (hay quien dijo que era la mejor novelista de su generación) sabe esto y, además, tiene un atributo que comienza a escasear en nuestra sociedad: conciencia de clase. Tendemos a pensar que pertenecer a la clase media nos hace prácticamente iguales a los que nos rodean, pero nada más lejos de la verdad. Las diferencias, incluso dentro de este tan extendido grupo, pueden ser abismales. Y lo peor es que creemos que tenemos lo que nos merecemos, que nuestros recursos no pueden igualarse, que no podemos aspirar a mucho más de lo que ya poseemos, que no tenemos derecho.
Aunque estas ideas recorren de forma subrepticia todo el texto, a veces emergen y se nos muestran claramente.

A menudo, cuando miraba a Leticia, calculaba cuánto paisaje había en su mente. Selvas, océanos, ríos, desiertos, cataratas. No era un cálculo resentido. Leticia regalaba lo que había visto sin esperar a que se lo pidieran y parecía que su alegría estaba hecha de eso: islas, cumbres y playas, volcanes y puertos blancos. Debía de ser una cuestión de mínimos, pensó. Sólo cuando el cerebro sobrepasaba un umbral de imágenes bellas dejaba de querer encontrarles sentido y lograba absorberlas en estado puro, como una vitamina que diese claridad a los ojos, a la piel. Como él aún no había sobrepasado ese umbral, no podía mirar sereno.

Desde que acabé la novela en el tren que me llevaba a Florencia realicé mentalmente el cálculo de imágenes bellas que habían absorbido mis ojos y descubrí que no eran suficientes. Y el resultado de este cálculo ha hecho que me invada el resentimiento, un resentimiento que me dicta que las diferencias no son justas. Aunque no podamos combatirlas, al menos, gracias a Gopegui, volvemos a saber de su existencia.

martes, 29 de enero de 2008

El eterno retorno

Después de una época de economía de guerra, vuelvo a comprar los coleccionables del periódico. Después de un periodo convulso, en el que no he podido evitar saltarme mis viejas costumbres, vuelvo a ellas lentamente. Vuelvo a ver películas los fines de semana después de comer, una de mis rutinas favoritas. Aunque en distinta compañía (sigo intentando imbricar mis hábitos con los de mi nueva y flamante compañera de piso) vuelvo al cine de autor y al Hollywood clásico en la sobremesa de los sábados y los domingos.
Este domingo tocaba uno de los documentales que ofrecía El País, 'Los espigadores y la espigadora', firmado por la Dama de la Nouvelle Vague, la gran Agnes Varda. La Varda vuelve a los temas y personajes que ya retrató en cierto modo en 'Sin techo ni ley'. La película comienza con el cuadro de Millet, 'Des glaneuses', continúa con la definición de espigador y retrata las ajadas manos de la espigadora, a un viticultor que fue un pionero del cinematógrafo, un viaje a Japón, camiones en ruta, un mercado bajo las vías del metro en París, patatas en forma de corazón, un reloj vacío, a la esposa de un filósofo, el baile de la tapa de un objetivo, a un matrimonio que posee un bar en una ciudad francesa de provincias...
La cinta pretende ilustrar el hábito de espigar (incluso recogida en el código penal galo), que originariamente era la recolección de los frutos sobrantes de un campo de cultivo una vez su legítimo propietario los ha cosechado. Este epíteto se aplica aquí no solo a los alimentos, también a los objetos y, por supuesto, a las imágenes. Varda reune así una colección de estampas que permanecen en los márgenes de la realidad inmortalizada en las películas, despreciadas por todos menos por la espigadora del título.



A modo de conclusión, finalizan con la expedición al cavernoso almacén de un ignoto museo en el que se guarda un cuadro, 'Las espigadoras huyendo de la tormenta', de Pierre Edmond Hedouin, que parece querer contraponerse al cuadro mostrado inicialmente. Las espigadoras aquí están erguidas y muestran orgullosas su carga. Del mismo modo, la Varda se endereza de nuevo a pesar de su edad y adquiere valor para enfrentarse a la negra muerte, que parece quedarle próxima. La cineasta nos dice: un relámpago puede animar de nuevo vuestra laxa fuerza de voluntad, como a las espigadoras, un relámpago puede iluminar el resto de vuestro camino.
La directora volvió a los espigadores dos años después, pero yo no necesitaré ver la secuela del documental para volver a ellos: después de un periodo de preocupante pereza vuelvo a leer libros antes de dormir. Esa misma noche, hojeando 'The Art Book', un hermoso libraco de mi compañera de piso, me doy de bruces con 'Des glaneuses', de Millet, y todo vuelve otra vez: las ajadas manos de la espigadora, el viticultor que fue un pionero del cinematógrafo, el viaje a Japón, camiones en ruta, el mercado bajo las vías del metro en París...

viernes, 25 de enero de 2008

Parejas imposibles

La noticia más extraña que he oído últimamente es la presunta relación romántica que han iniciado estos dos:

Lo que me ha llevado a reflexionar sobre lo absurdo de algunos emparejamientos entre personajes de los que se asoman de vez en cuando por la actualidad, como por ejemplo:


Nicolas Sarkozy y Carla Bruni

Martin Scorsese e Isabella Rossellini

Sara Montiel y Anthony Mann (que se casaron dos veces, una de ellas in articulo mortis)

Rictor y Estrella Rota (retratados aquí con mucha gente en medio, pero la química entre ellos es evidente)


Paco Pil y Whigfield


Cayetana Guillén Cuervo y José María Aznar (creo que me he equivocado de foto)



María Escario y María Teresa Fernández de la Vega (yo me lo creí)

Frank Sinatra y Mia Farrow


Michael Jackson Y Lisa Marie Presley

Cristina Narbona Y Josep Borrell.

Diane Keaton y Keanu Reeves

Juan José Millás y Boris Izaguirre (José Manuel Lara hizo de casamentero)

Propongo ahora que cada uno indique otras parejas que le resulten estrambóticas, bizarras, absurdas o, simplemente, extrañas. Para que se inspiren dejo este sitio en el que se sugieren unas cuantas.

Pd: el próximo post no será una lista.