viernes, 30 de diciembre de 2005

Los chicos del calendario

Se ha convertido en una tradición comprar el Fotogramas todos los diciembres. Regalan un calendario muy chulo. El del año pasado traía fotos de actores de los años 60: Julie Christie, Warren Beatty, Anita Ekberg... Pero esta vez es un ascazo. No volveré a comprar la revista... Al menos hasta el diciembre que viene. Han reciclado el que dieron en 2003, sacando a los mismos actores, pero en peores fotos. Sólo se han sumado la preciosa Scarlett Johansson, la horrenda Keira Knightley y Aragorn (¿o éste salía en el antiguo? Tengo una empanada mental... Será por el fin de año). El resto son dignos intérpretes (Nicole Kidman, George Clooney) o actorzuchos de moda que ya no están ni en el candelero. Si cuando escribo esto Colin Farrell no ha muerto de una sobredosis, poco le faltará. Charlize Theron es la típica modelo que se ha creído que sabe actuar porque le han dado un Oscar. Jennifer López está acabada (si es que alguna vez no lo estuvo). Y Josh Hartnett... ¿!Pero que ha hecho este tío para salir dos veces en tras prestigioso calendario¡? Seguro que pone cachondo a alguien en la redacción... Muchos de estos acabarán como
Billy Zane. Nunca fue santo de mi devoción, pero el chico, después de lo de "Titanic", prometía. Ahora anda perdido por pelis de serie de B que nadie verá jamás. Su último trabajo ha sido la inauguración de las rebajas de los almacenes Harrods en Lóndres. Supongo que es una buena publicidad si tu carrera se encuentra en punto muerto, pero lo encuentro un tanto patético. Es como si aquí, las rebajas de El Corte Inglés las abriesen Fran Perea y Verónica Sánchez, en vez de la típica señora que sale siempre en la tele. Mucho menos glamour, donde va a parar. Y quien me niegue que estos dos no estan acabados, al tiempo.
PD: Feliz salida y entrada de año.

jueves, 29 de diciembre de 2005

Silvina que estás en los cielos

Hace poco leí "Obabakoak", de Bernardo Atxaga. No me gustó. No quiero decir con esto que sea una mala novela, solo que quizá debí leerla en vasco para apreciarla en su justa medida... Lo que quiero decir es que, como explica el escritor en el prólogo, para la lengua vasca tendrá su importancia el reciclaje de relatos y esas cosas tan profundas, pero en español sólo quedan una serie de historias que suenan a ya leídos muchas veces. Y en la parte ambientada en la Amazonia (o en un sitio parecido) me dieron ganas de tirarlo por la ventana... Lo único digno de mención es la parte en la que dos de los protagonistas hablan sobre sus cuentos favoritos. Como me encantan las listas, me puse a pensar en los míos. Llegué a esta conclusión: mi preferido es "Informe del Cielo y del Infierno", de Silvina Ocampo. Los puestos finalistas quedan en manos de Andersen (La reina de las nieves), Cortazar (Continuidad de los parques) y Shirley Jackson (La lotería). Aquí dejo el de la escritora argentina.

“Informe del Cielo y del Infierno”

A ejemplo de las grandes casas de remate, el Cielo y el Infierno contienen en sus galerías hacinamientos de objetos que no asombrarán a nadie, porque son los que habitualmente hay en las casas del mundo. Pero no es bastante claro hablar sólo de objetos: en esas galerías también hay ciudades, pueblos, jardines, montañas, valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos, temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de sensaciones y de espectáculos nos depara la eternidad.
Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado que cruza por la calle, está vestido de andrajos lascivos; si la rosa con títulos honoríficos, que te regalan, es un trapo desteñido y menos interesante que un gorrión; si la cara de tu mujer es un leño descascarado y furioso: tus ojos, y no Dios, los creó así.
Cuando mueras, los demonios y los ángeles, que son parejamente ávidos, sabiendo que estás adormecido, un poco en este mundo y un poco en cualquier otro, llegarán disfrazados a tu lecho y, acariciando tu cabeza, te darán a elegir las cosas que preferiste a lo largo de la vida. En una suerte de muestrario, al principio, te enseñarán las cosas elementales. Si te enseñan el sol, la luna o las estrellas, los verás en una esfera de cristal pintada, y creerás que esa esfera de cristal es el mundo; si te muestran el mar o las montañas, los verás en una piedra y creerás que esa piedra es el mar y las montañas; si te muestran un caballo, será una miniatura, pero creerás que ese caballo es un verdadero caballo. Los ángeles y los demonios distraerán tu ánimo con retratos de flores, de frutas abrillantadas y de bombones; haciéndote creer que eres todavía niño, te sentarán en una silla de manos, llamada también silla de la reina o sillita de oro, y de ese modo te llevarán, con las manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia.
Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo.

Éste es mi relato favorito. ¿Cual es el tuyo?

miércoles, 28 de diciembre de 2005

¡Oh no! ¡La humanidad está condenada... Otra vez!

Tengo que confesar que ni siquiera lo acabé. Me refiero al especial "Lo mejor de Vértigo", que ha publicado Planeta en una hábil maniobra publicitaria para que nos enganchemos a sus nuevas colecciones (conmigo no les ha funcionado). No me gustan esta clase de comics, a pesar de que "Otherworld" es interesante y el dibujo, estupendo. El problema es que los personajes son demasiado... reales. Grant Morrison me aburre en general y "La Patrulla Condenada" no es una excepción. Se cree taaan original, pero no lo es, es disperso y confuso y me pone nervioso, aunque sea una tonteria, que nunca haya bocadillos de pensamiento, de esos que parecen nubecitas (seguro que tienen otro nombre pero no me lo sé), en sus historias. Y los personajes tampoco es que digan nada muy interesante. Tampoco me entusiasma el feísmo de "Hellblazer", y menos aún el de "Shade". Me mareo con la sangre, así que esta historia solo la miré de reojo. Después de leer amedias este tomito he descubierto que nunca conseguiré que me gusten los comics serios (salvo contadas excepciones como "Maus" o "Watchmen"). Prefiero aquellos en el que un montón de tíos y tías con superpoderes y enfundados en pañales de colores deben luchar contra una fuerza maligna increiblemente poderosa para salvar a una humanidad condenada de nuevo a la extinción total. Por eso mis favoritos son cosas como "Crisis en tierras infinitas", "El clavo", "La caída de los mutantes" o "El juicio de Galactus". Prefiero al hortera de Superman al plasta de John Constantine. Desconozco la razón por la cual, para salvar el mundo, los supertipos deban enfundarse en unos pijamas ajustados y horteras, pero debe ser parecida a la que nos empuja a releer sin parar algunos tebeos y a arrinconar otros en el olvido más absoluto.

martes, 27 de diciembre de 2005

Garci: the end

Se acabó. "Que grande es el cine" se marchó anoche con "Fresas salvajes", de Bergman. Hace tiempo que no veía el programa, aunque reconozco que durante una época esperaba con impaciencia todas las semanas los insignes comentarios de José Luis Garci. Mi relación con este ilustre del séptimo arte comenzó de una forma curiosa: su casa estaba frente a mi instituto (esto tenía lugar en la época en la que el tipo vivía con Ana Rosa Quintana) y, en los descansos nos dedicabamos a arrojar a su tejado tizas, borradores, boligrafos y demás material escolar. Después, empecé a ver el programa. Algunas veces, incluso las tertulias, que grababa en video. Entonces aún no era un purista de la versión original y la sapiencia de Garci y sus contertulios me dejaba sin aliento. Un par de amigos y yo fundamos una especie de club de fans y cada vez que escuchabamos "Moon river" (la música de la cabecera) nos emocionábamos. Yo decidí darme de baja cuando ví "You´re the one", lo único que he visto de este cineasta y que me pareció un bodrio mayúsculo. Uno mis antiguos compañeros ha iniciado una campaña de sms "pásalo" con la que pretende hacer que el espacio vuelva... iluso. La verdad es que, gracias a Garci, vimos muchas pelis (sobra decir que horrorosamente dobladas), grandes clásicos y algunos títulos realmente caros de ver, por lo menos antes del advenimiento del DVD, como "Las hermanas Munekata", "Furia" o "El infierno del odio". Pero poco a poco el programa dejó de interesarme cuando descubrí que los contertulios sólo eran unos pedantes insufribles y practicamente nada de lo que decían tenía interés. Además, desde que en la Primera desapareció el cine de los domingos por la tarde, el programa había acogido la mayoría de títulos que se proyectaban antes allí: melodramas de Douglas Sirk (magníficos) y westerns (prescindibles) en su mayoría. No creo que el fin del espacio se deba a motivos políticos, más bien se debe a que era una mierda. Pero, como buen cinéfilo, una parte de mí echará de menos a este personajillo con su perenne cigarrito, su copazo (lo que bebía no era agua), sus amigotes y sus reflexiones de baratillo. The end.

lunes, 26 de diciembre de 2005

El cuestionario Proust


Aunque suene un poco mánido, el mejor calificativo que se me ocurre para Rosa Belmonte es estupenda. Esta chica escribe un blog sobre televisión desde hace poco y desde hacé más, columnas en las publicaciones del grupo Vocento (vease ABC, el Diario de Murcia, etc). Como dice un internauta identificado como "Arriba la Belmonte" (no soy yo, lo juro), "Sólo tú eres capaz de alternar una oda a los hermanos Calatrava con Ingmar Bergman y no parecer ni una freak ni una pedante". Pues bien, en uno de sus últimos posts hacía referencia al cuestionario Proust (o test de Proust), que se conoce con este nombre debido al escritor francés Marcel Proust. Como soy un poco bruto, no pasé de las 20 páginas de "En busca del tiempo perdido", aunque en mi lista de (des)propósitos de año nuevo incluyo volver a intentarlo. Pero lo del test me ha parecido muy interesante y, curioseando en internet me he encontrado que mi escritor favorito, Roberto Bolaño, había contestado estas sencillas preguntas, como lo hacía todo, de un modo inimitable.

No creo llegarle a la altura de los zapatos pero me apetece contestar este cuestionario, que es el siguiente:

- ¿Cuál es su característica más destacada?

Mi personalidad de carácter magnetico

- ¿Qué cualidad admira más en un hombre?

Que le gusten los comics Marvel

- ¿Qué cualidad admira más en una mujer?

Que tenga ojos de gato

- ¿Qué es lo que más admira en sus amigos?

No tengo amigos

- ¿Cuál es su principal defecto?

Que suelo mentir cuando contesto cuestionarios

- ¿Cuál es su ocupación favorita?

Rellenar estúpidos tests

- ¿Cuál es su idea de la felicidad?

No trabajar

- ¿Cuál sería según su opinión la peor de las suertes?

Que nadie leyese mis interesantísimas reflexiones

- ¿Qué le gustaría ser?

Un blogero famoso en el mundo entero

- ¿En qué país le gustaría vivir?

En el de Nunca Jamás

- ¿Cuál es su color favorito?

Soy daltónico

- ¿Cuáles son sus novelistas favoritos?

Marcel Proust

- ¿Cuáles son sus poetas favoritos?

Silvina Ocampo y Gloria Fuertes

- ¿Cuál es su héroe favorito en la ficción?

Rondador Nocturno

- ¿Cuál es su heroína favorita en la ficción?

Gatasombra

- ¿Cuáles son sus compositores favoritos?

Aimee Mann y Augusto Algueró

- ¿Cuáles son sus pintores favoritos?

Klimt y ROB¡

- ¿Cuáles son sus héroes en la vida real?

Chiquito de la Calzada y Bigote Arrocet

- ¿Quiénes son sus heroínas en la historia?

Las hermanas Brönte

- ¿Cuáles son sus nombres favoritos?

Carlota y Luisru

- ¿Qué figuras históricas desprecia más?

Jose María Aznar, Lydia Lozano

- ¿Qué evento militar histórico admira más?

Cuando se estrellaron Espe y Rajoy

- ¿Qué don natural le gustaría poseer ante todo?

La facultad de hacer la pelota

- ¿Cómo le gustaría morir?

No me gustaría morir

- ¿Cuál es su estado actual?

Soltero

- ¿Cuál es su lema?

La humanidad está condenada

Internet no tiene la culpa

La gente no debería contar sus miserias en los foros de internet. Más que nada porque la cosa luego se desmadra y acaba como en el caso de la pobre Lydia, una internauta inconsciente que se metió algo que no debía por donde no debía metérselo... Bueno, es un poco dificil de explicar (o muy facil, según se mire), asi que dejo el enlace por si a alguien le interesa. Conclusión: si te masturbas, hazlo con pepinos o plátanos, es más seguro que con un rotulador, y, si lo haces con otras cosas, no lo cuentes por ahí, que luego todo se sabe. Quizá Chenoa tenga razón y haya demasiado libertinaje... Pero internet no tiene la culpa.

miércoles, 21 de diciembre de 2005

Ha llegado un ángel

Extracto de una conversación escuchada en el trabajo:
- Pues yo, si me hubiese metido a periodista porque me gustaba José Coronado no lo iría diciendo por ahí... A este comentario le sigue un tenso silencio, que parece querer decir: ¡Dios mío, te dedicas a esto porque te encantaba "Periodistas"! Pero la cosa no quedó ahí:
- Sí, hay cosas en las que es mejor mentir. Yo tampoco diría que ha sido por "Los Ángeles de Charlie"...
Todo viene porque hace unos días el ministro del Interior ascendía a cuatro mujeres al puesto de comisario de policía. Preguntando a las interfectas sus razones para ingresar en el cuerpo (estos periodistas, siempre taaan originales), una de ellas contestó que su principal motivación había sido su pasión por la setentera serie (lo habeis adivinado) "Los Ángeles de Charlie". Admiraba el dinamismo de estas tres angelicales criaturas, su resolución, su forma de acabar con los malos sin despeinarse y sin perder la sonrisa. Me parece adorable esta sinceridad abrumadora. No veo nada de malo en que las series sirvan de inspiración para que la gente elija su futuro laboral, aunque sean una horterada, como esta que nos ocupa. Hay motivos peores. Además, coincido con la recien estrenada comisaria en que estas chicas eran muy dinámicas, fashion, estupendas y los tenían bien puestos. No creo que haya que avergonzarse en tenerlas como modelos. Para una vez que la televisión, ese aparato deformador de mentes juveniles y no tan juveniles, hace algo bueno por alguien... Y como eso de la paridad aún está lejos (antes de estos nombramientos solo había una comisaria en toda España), queremos muchas más mujeres policía. Las chicas necesitan una fuente de inspiración, así que, en vez de "Cuéntame" (que espero no sea una fuente de inspiración para nadie) solo queda que repongan este clásico en horario de máxima audiencia.

martes, 20 de diciembre de 2005

Pequeñas catástrofes

Volviendo al tema de la memoria, el otro día me acordé súbitamente de la primera película de catastrofes que había visto. El recuerdo me asaltó mientras tomaba un café junto a mis compañeros de trabajo debido a una serie de cirscuntancias que nos habían desalojado del edifico en el que realizamos nuestras tareas. Las cosas ocurrieron así: nuestro jefe llegó muy alterado (generalmente está bastante alterado) y antes de su horario habitual para decirnos que tocaba inspección de seguridad (¿como lo sabía él si esas inspecciones suelen ser por sorpresa?) y en nuestra planta había más gente de la permitida (¡¿?!), por lo que debíamos bajar a la cafetería de al lado hasta que se fueran los inspectores. Patético, ¿verdad?, sobre todo pensando en los montones de papeles que hay en todos los rincones y en la gente fumando despreocupadamente en los pasillos. Conclusión: abandonamos la oficina y retomamos nuestras funciones en hora y media. Este incidente me recordó automáticamente a "El coloso en llamas". Con esta cinta descubrí que en las películas de catastrofes siempre muere uno de los protagonistas. Y no me refiero a Robert Wagner, que sale muy poquito, ni a Richard Chamberlain, que es el malo malísimo, sino a la pobre Jennifer Jones, que se cae por el hueco del ascensor casi al final. Desde entonces, cada vez que veo una de estas pelis lo paso fatal. Invariablemente sucede: uno de los protagonistas muere. Por más que intento no encariñarme con ellos menos lo consigo, pues la mayoría del cine funciona con un proceso de identificación. Y no puedo dejar de preguntarme: Si el edificio en el que trabajo se incendia ¿Cuantas posibilidades tengo de ser la víctima?

Tragedia más tiempo

Aquellos que nacieron a finales de los 70 o a principios de los 80 quizá recuerden una época en la que algunas (no todas) colecciones de cromos no llevaban adhesivo y había que enguarrarse con el pegamento si se quería amarrar las cartitas al album. Y a los que les llegue la memoria para un poco más, a lo mejor se acuerdan de una colección llamada "Monstruos", que apareció allá por 1986. La verdad es que, para nuestras mentes infantiles, era bastante impactante, una colección de engendros nada desdeñable incluso daba miedo (aún recuerdo con cierto resquemor una imagen de "la hija del diablo"), pero ya se sabe: el tópico de la tragedia más tiempo todo lo convierte en risible y el pavor que pudiesemos sentir ante estos cromos (un poco cutres, la verdad) ha desaparecido con el paso de los años. Ojeando el album en la actualidad podemos echarnos unas risas, como hacen en ADLO con el apartado de superheroes. En él podemos encontrar, por ejemplo, al Príncipe Cometa, copia barata del Nova de los New Warriors, un tipo que quiere dominar el mundo con unos poderes que le otorgó un brujo rumano, entre los que se incluyen disparar cápsulas de ácido tartárico (¿tendrá algo que ver con la salsa tártara?) y morfina. Que pena hacerse mayor.

domingo, 18 de diciembre de 2005

Que lleguen las rebajas

Lo que más me gusta (por no decir lo único) de El corte inglés es la sección de oportunidades de la librería. Por un precio razonable puedes encontrar peuqeñas joyas como "Pastoral americana", de Philip Roth. Es una especie de novela psicológica a lo "Crimen y castigo", con un acaudalado judío como protagonista que repasa su vida buscando un fallo que provocó una terrible catástofre de la que se autoimculpa. Todo muy torturado y muy profundo, vamos... No quiero destripar mucho del argumento por si a alguien le interesa, pero este libro contiene una de las más lúcidas disecciones de la clase media-alta norteamericana y, como buena novela decimonónica a la que se asemeja, aprovecha para contarnos los interiorismos de un montón de aspectos de la vida cotidiana que desconocemos: como se fabrican unos guantes de piel, qué es el jainismo o como era el certamen de Miss America en los años 50. Conocimientos no muy útiles, lo sé, pero es un libro que engancha desde la primera página. Además, es ideal para todos aquellos que quieran despotricar a gusto contra el american way of life. A la venta en enero, porque El corte inglés cierra esta sección en Navidades, no vaya a ser que alguien se gaste menos de lo posible. Maldito consumismo. Esperaremos a que lleguen las rebajas.

Jarl¡

La verdad es que los viernes por la noche nunca veo la tele, pero, volviendo a consultar el refranero, nunca digas nunca, así que el viernes pasado me tragué "Made in China", el programa que han hecho para TVE los chicos de "Vaya semanita". No estuvo mal, sobre todo el reportaje "El lado oscuro de la izquierda", en el que descubrían los refugios secretos de los peperos que van de progres. Pero lo mejor fue la entrevista (si se le puede llamar así) a Chiquito de la Calzada. Cada vez que le preguntaban algo, se arrancaba con un chiste que duraba media hora. Oscar Terol fingía que se moría de la risa pero creo que en realidad no le hacía ni puta gracia. Estos humoristas modernos, aficionados a los mónologos de "El club de la comedia", no saben apreciar la maestría de un artista como Chiquito, con esos saltitos, esas palabras inventadas, esos grititos y esa querencia por los temas clásicos, como la meretérica y el doctor Grijander. Simplemente genial. Además, he descubierto que este fistro diodenar tiene página web, en el que puedes contratar a tamaña figura para fiestas privadas. Dios mío. La humanidad, irresimisiblemente...

sábado, 17 de diciembre de 2005

Juzgar el libro por su portada

Otra de premios. Le eché un ojo a las nominaciones a los grammys a ver si le había caído algo a Aimee Mann, una cantante americana prácticamente desconocida en nuestro país que se hizo famosa a raíz de la banda sonora de "Magnolia" y que este año ha publicado nuevo trabajo. Pero, ya lo dice el refrán, hay que tener cuidado con lo que se desea. "The forgotten arm" ha sido nominado a "Best Recording Package". ¿Porqué esta gente se ha quedado en el envoltorio de un disco estupendo?

miércoles, 14 de diciembre de 2005

Keira y los globos

Todos los años me hago la misma promesa: pasar de los premios cinematográficos. Pero luego no puedo evitar asomarme a la lista de los nominados , como en este caso, a la de los Globos de Oro (que nombre tan ridículo). Lo de los vaqueros gays suena interesante, aunque esto de cargarse los géneros saliéndose por la tangente no me acaba de convencer. Imáginate a John Wayne y a Dean Martin enrollándose en "Rio bravo". ¡Que asco¡ Con lo que debía cantarle el aliento a Dean Martin... Mi favorita: "Match point", aunque no es de las mejores de Woody Allen, tampoco es que se hayan estrenado muchas, la verdad. La que más ganas tengo de ver es la nueva versión de "Orgullo y prejucio" con Keira Knightley (esa mezcla de Natalie Portman y Barbie Morena) de protagonista. Quien iba a decir que esta chica acabaría nominada al Oscar, si es que la humanidad está condenada...
Lo mejor: las nominaciónes de la estupenda Catherine Keener, una actriz a reivindicar, el veterano matrimonio Newman-Woodward y que se hayan acordado de Johny Depp, genial en su papel de Willy Wonka.
Lo peor: Que se repartan los votos entre las cuatro actrices de "Mujeres desesperadas" y al final no gane ninguna.

martes, 13 de diciembre de 2005

i can´t


Me gusta imaginarme en una especie de paraíso del silencio, en el que las palabras no son gratis. Un lugar en el que si dices una soberana estupidez se te castigue de cara a la pared o con unas humillantes orejas de burro, porque estoy harta de las chorradas y estoy harta de los quiero y no puedo, de los prepotentes, de los "temiroencimadelhombro" y de los que que piensan que los malos días se deben a la menstruación. No los soporto, no puedo con "estarás encantada, con todo lo que estás aprendiendo" y tampoco con "échate p´allá que todavía hay hueco...". No puedo conmigo misma ni con las chorradas que escribo ni con mi mal día... Ni con Madrid saturado ni con... Basta!!! no puedo más con este blog....

sábado, 10 de diciembre de 2005

La novela de Pinter

Extracto de una conversación escuchada en el trabajo:
- Tía, que fuerte, ¿has visto al Harold Pinter ese, el que ha ganado el Nobel de literatura este año? Ha escrito solo una novela. Pues ya puede ser la hostia la novela si le han dado el Nobel habiendo escrito solo eso. A lo mejor me la compro. Debe ser superbuena. Ah, espera, es que ha escrito obras de teatro...

Cuando uno oye estas cosas no puede evitar ponerse trascendente: ¿Porqué le dan un premio tan importante a gente como esta? El Nobel de literatura debería ser para aquellos que escriben novelas. Los autores de obras maestras contemporaneas como "Beatriz y los cuerpos celestes" o "El código Da Vinci" deberían ser recompensados. Teniendo a estas luminarias, ¿porqué premiar a gente que escribe obras de teatro, si luego nadie va a verlas? Y no es la primera vez. Pero no solo los dramaturgos pueden aspirar a este honor, también los poetas. A parte de los poemas que tienes que aprenderte en el colegio, ¿a alguien se le ocurre leer algo en verso? Incluso han propuesto a gente que es cantante o periodista. ¿Que tiene que ver eso con la literatura? Si empezamos a dar los premios a cualquiera que empuñe una pluma podría ganarlo hasta yo y entonces la humanidad estaría irremisiblemente condenada.

martes, 6 de diciembre de 2005

El francés

El otro día leí una noticia inquietante. Decía que una de las consecuencias de la globalización es que la mitad de los idiomas que existen hoy en el mundo corren el riesgo de desaparecer. Un amigo que se cree muy listo estaba convencido que uno de los que pagaría el pato sería el francés. Como francófilo que soy, me cabreé e intenté desmontar su teoría. Él decía que era una lengua que solo se hablaba en Francia, Quebec y Mónaco, además de en algún recóndito país africano. Yo contraataqué por el lado del arte. No imagino la vida sin las películas de Truffaut, sin novelas de Perec o sin canciones de Celine Dion. Mis argumentos no hicieron cambiar de parecer a mi ex amigo, pero reflexionando más tarde se me ocurrió la razón definitiva para perpetuar este idioma (el curioso fenómeno de encontrar una respuesta ingeniosa mucho tiempo después de necesitarla tiene un nombre en francés, pero no lo recuerdo): las votaciones de Eurovisión. ¿Alguien se imagina este evento, que esperamos ansiosamente durante todo el año, sin que se repitiesen los nombres de los países en este bello idioma? ¿Que sería de nosotros si no volviésemos a escuchar esa increible palabra cada vez que el Reino Unido obtiene puntos, guayominí? Definitivamente, si el francés desaparece algún día la humanidad está condenada.