El lunes por la noche sentí la proximidad del vacío. Ya no quedaban nuevos capítulos de ‘Heroes’ en el ordenador. ¿Qué podía hacer para llenar el hueco que había dejado? Por mi cabeza cruzó fugazmente la idea de encender el televisor, pero la deseché al instante. La caja tonta se me antojaba un lugar aun más desolador que la nada. Menos mal que mi compañera de piso es una persona previsora y solucionó esta carencia con dos propuestas recién llegadas del otro lado del charco.
Desde el momento en que supe que debía enfrentar dos series, algo en mi fuero interno me dijo que solo una de ellas quedaría en pie. Así es la idiosincrasia del ser humano, una dualidad en la que se ha de elegir constantemente entre las dos bifurcaciones de un único sendero: no se puede votar al mismo tiempo al PP y al PSOE y no se puede ser fan del Tomate si disfrutas con Sé lo que hicisteis...
Así que la noche del lunes se convirtió en una inesperada velada de Pressing Catch en la que se enfrentaron, en un extremo del ring, ‘Dexter’, las aventuras de un forense que se dedica a asesinar a sangre fría en sus ratos libres, y en el otro, ‘Pushing daisies’, un cuento macabro sobre un pastelero que puede resucitar a los muertos.
El desenlace de la pelea se antojaba complicado, pues ambas parten con puntos a su favor. El amoral Dexter disfruta torturando a sus víctimas aunque, eso sí, solo la toma con tipejos que no han sido convenientemente castigados por la justicia. El héroe de Pushing daisies es un humilde hostelero que se ve forzado a trabajar como detective, resucitando a asesinados para que revelen quién los mató. El primer encontronazo acaba en tablas.
Todo buen serial debe plantear un misterio que se resolverá bien avanzada la trama. El primer episodio de ‘Dexter’ no desvela el origen del sádico apetito del susodicho. Además, presenta a otro asesino que roba hasta la última gota de sangre de sus víctimas. Mientras tanto, ‘Pushing daisies’ cuenta el reencuentro del prota con un antiguo amor de infancia que acaba de morir. ¿Adivináis con qué parte del cuerpo la toca? Pero, ah, entonces se nos revela que el don de Ned tiene truco: si vuelve a tocar al resucitado, éste la palma definitivamente, con lo cual ni puede acariciar a la chica de sus sueños. Por lo que el enigma que se nos ofrece es el de una simple comedieta romántica. Un derechazo a la mandíbula de 'Pushing...'.
Echemos un vistazo más largo a los personajes. Dexter Morgan trabaja para la policía y se dedica a investigar a cuenta de ésta a los serial killers de Miami, mientras que Ned acaba trabajando como investigador privado para resolver crímenes difíciles de aclarar. Personalmente prefiero las series detectivescas en las que el protagonista se parece lo menos posible a un detective. Por ejemplo, la entrañable Jessica Fletcher de ‘Se ha escrito un crimen’. Por eso ‘Pushing daisies’ se apunta un tanto. Y el público del estadio enloquece.
Ned no trabaja solo, recibe órdenes de un profesional, un negro con escasos escrúpulos, y se hace acompañar de su resucitada novia, que debe ayudar a esclarecer su propio crimen.
Dexter se ayuda de su hermana, también policía, y es fiscalizado por otro poli, un negro con demasiados escrúpulos que le tiene inquina. El resto de los secundarios de 'Dexter' se compone de los poco variopintos trabajadores de la comisaría. El reparto de ‘Pushing daisies’ lo completan las agorafóbicas tías de la rediviva protagonista, el estólido encargado de la funeraria, la ayudante de Ned (que tendrá su momento de gloria en el segundo episodio)... En general, el elenco de ‘Pushing...’, aunque deudor del universo burtoniano, es más variopinto que los amigotes de Dexter, todos completados con su arma reglamentaria. La primera pone a la segunda contra las cuerdas.
Y llegamos a la ejecución del argumento. En esta primera toma de contacto, sabemos que Dexter fue adoptado y que, desde antes de eso, sentía una terrible pulsión que le obligaba a tomar vidas ajenas. ¿Qué hace su padre cuando descubre que su hijo se desfoga con los animales domésticos del vecindario? Le recomienda que, ya que tiene que matar, se dedique a los criminales. Lógico. El resto de la trama narra el descubrimiento de un par de cadáveres que fascinan a nuestro héroe, aunque no sean obra suya, y un par de ajusticiados que sin duda se merecían su suerte.
Mientras tanto, en ‘Pushing daisies’, el atormentado Ned descubre la cruz de sus poderes tras resucitar a su madre, que muere de nuevo enseguida. Esto, sumado al repentino abandono por parte de su padre, hace que se convierta en un ser solitario y amargado, incapaz de relacionarse con nadie que no sea su perro, al cual tampoco puede tocar. Una casualidad le lleva a trabajar con un detective privado, que le conducirá a la búsqueda de un enigmático tesoro escondido en una maleta. Todo ello narrado con una veta de realismo mágico y una estética colorista que, sinceramente, me pueden.
La portentosa llave que ha aplicado ‘Pushing daisies’ a ‘Dexter’ está a punto de decantar el combate, ya que, mientras la segunda es solo otra serie con poli que se dedica a atrapar malosos, aunque cometa crímenes en el entreacto, la primera, aunque pueda confundirse con una vulgar soap opera, es una original y entretenida mezcolanza de géneros que me ha obnubilado a la manera en que lo hizo 'Desperate housewives' hace 2 años.
Y en esto el árbitro contó hasta 3 y Dexter acabó mordiendo el polvo.
Desde el momento en que supe que debía enfrentar dos series, algo en mi fuero interno me dijo que solo una de ellas quedaría en pie. Así es la idiosincrasia del ser humano, una dualidad en la que se ha de elegir constantemente entre las dos bifurcaciones de un único sendero: no se puede votar al mismo tiempo al PP y al PSOE y no se puede ser fan del Tomate si disfrutas con Sé lo que hicisteis...
Así que la noche del lunes se convirtió en una inesperada velada de Pressing Catch en la que se enfrentaron, en un extremo del ring, ‘Dexter’, las aventuras de un forense que se dedica a asesinar a sangre fría en sus ratos libres, y en el otro, ‘Pushing daisies’, un cuento macabro sobre un pastelero que puede resucitar a los muertos.
El desenlace de la pelea se antojaba complicado, pues ambas parten con puntos a su favor. El amoral Dexter disfruta torturando a sus víctimas aunque, eso sí, solo la toma con tipejos que no han sido convenientemente castigados por la justicia. El héroe de Pushing daisies es un humilde hostelero que se ve forzado a trabajar como detective, resucitando a asesinados para que revelen quién los mató. El primer encontronazo acaba en tablas.
Todo buen serial debe plantear un misterio que se resolverá bien avanzada la trama. El primer episodio de ‘Dexter’ no desvela el origen del sádico apetito del susodicho. Además, presenta a otro asesino que roba hasta la última gota de sangre de sus víctimas. Mientras tanto, ‘Pushing daisies’ cuenta el reencuentro del prota con un antiguo amor de infancia que acaba de morir. ¿Adivináis con qué parte del cuerpo la toca? Pero, ah, entonces se nos revela que el don de Ned tiene truco: si vuelve a tocar al resucitado, éste la palma definitivamente, con lo cual ni puede acariciar a la chica de sus sueños. Por lo que el enigma que se nos ofrece es el de una simple comedieta romántica. Un derechazo a la mandíbula de 'Pushing...'.
Echemos un vistazo más largo a los personajes. Dexter Morgan trabaja para la policía y se dedica a investigar a cuenta de ésta a los serial killers de Miami, mientras que Ned acaba trabajando como investigador privado para resolver crímenes difíciles de aclarar. Personalmente prefiero las series detectivescas en las que el protagonista se parece lo menos posible a un detective. Por ejemplo, la entrañable Jessica Fletcher de ‘Se ha escrito un crimen’. Por eso ‘Pushing daisies’ se apunta un tanto. Y el público del estadio enloquece.
Ned no trabaja solo, recibe órdenes de un profesional, un negro con escasos escrúpulos, y se hace acompañar de su resucitada novia, que debe ayudar a esclarecer su propio crimen.
Dexter se ayuda de su hermana, también policía, y es fiscalizado por otro poli, un negro con demasiados escrúpulos que le tiene inquina. El resto de los secundarios de 'Dexter' se compone de los poco variopintos trabajadores de la comisaría. El reparto de ‘Pushing daisies’ lo completan las agorafóbicas tías de la rediviva protagonista, el estólido encargado de la funeraria, la ayudante de Ned (que tendrá su momento de gloria en el segundo episodio)... En general, el elenco de ‘Pushing...’, aunque deudor del universo burtoniano, es más variopinto que los amigotes de Dexter, todos completados con su arma reglamentaria. La primera pone a la segunda contra las cuerdas.
Y llegamos a la ejecución del argumento. En esta primera toma de contacto, sabemos que Dexter fue adoptado y que, desde antes de eso, sentía una terrible pulsión que le obligaba a tomar vidas ajenas. ¿Qué hace su padre cuando descubre que su hijo se desfoga con los animales domésticos del vecindario? Le recomienda que, ya que tiene que matar, se dedique a los criminales. Lógico. El resto de la trama narra el descubrimiento de un par de cadáveres que fascinan a nuestro héroe, aunque no sean obra suya, y un par de ajusticiados que sin duda se merecían su suerte.
Mientras tanto, en ‘Pushing daisies’, el atormentado Ned descubre la cruz de sus poderes tras resucitar a su madre, que muere de nuevo enseguida. Esto, sumado al repentino abandono por parte de su padre, hace que se convierta en un ser solitario y amargado, incapaz de relacionarse con nadie que no sea su perro, al cual tampoco puede tocar. Una casualidad le lleva a trabajar con un detective privado, que le conducirá a la búsqueda de un enigmático tesoro escondido en una maleta. Todo ello narrado con una veta de realismo mágico y una estética colorista que, sinceramente, me pueden.
La portentosa llave que ha aplicado ‘Pushing daisies’ a ‘Dexter’ está a punto de decantar el combate, ya que, mientras la segunda es solo otra serie con poli que se dedica a atrapar malosos, aunque cometa crímenes en el entreacto, la primera, aunque pueda confundirse con una vulgar soap opera, es una original y entretenida mezcolanza de géneros que me ha obnubilado a la manera en que lo hizo 'Desperate housewives' hace 2 años.
Y en esto el árbitro contó hasta 3 y Dexter acabó mordiendo el polvo.
5 parlamentarios:
Si hay algo que me gusta últimamente de las series que veo es que me río a carcajadas, cosa harto difícil cuando las ves sin nadie alrededor. De verdad que disfruto. Y lo hago con Dexter, con Pushing daisies, Californication, 30 Rock y otras tantas. Pero me parece injusto comparar D y PD, aunque las dos toquen el tema de la muerte. Es como si pusiéramos en el mismo grupo a CSI y Santa Bárbara porque en ambas hay intriga.
Y chico, después del final de la primera temporada de Héroes, no me decido a ver la segunda.
Lo repito: esa escena de la Chenoweth es de las mejores que he visto en mucho tiempo, incluso con la pifia de la silla que se baja sola.
Hombre, Lluvia, no sé si es justo o injusto (injusto es que nos hayan dejado con 9 capítulos de PD), pero las comparo porque las descubrí el mismo día. Emmy para Chenoweth ya¡
Por cierto, una pega que le pongo a PD es que los protas son demasiado guapos como para la imagen de gente normal que, por otro lado, intentan transmitir. Y Chuck me recuerda muchísimo a una actriz de los 70, pero no sé exactamente a quien ¿Margot Kidder? ¿Amy Irving? ¿Jaclyn Smith? ¿Debra Winger (esta es más bien de los 80)?
Yo también le encuentro a Chuck un parecido tremendo a alguien, pero no doy con quién. Seguiremos indagando. Y lo de la injusticia era por remover un poco el tema y defender un poco a Dexter. Si tu pega es que los protagonistas son demasiado guapos es que no tienes pegas. Yo me quedo con Santa Bárbara antes que con CSI si me las ponen juntas. Ah, por cierto, viva la señora Fletcher.
Querido Luisru, estas series de las que hablas están out, hay que tener la mente más abierta. Es el mometo de ver el abanico de posibilidades que se nos abre girando la cabeza hacia Oriente. Un claro ejemplo es esa serie de culto de tan alta calidad que es Naruto. Os la recomiendo felinos.
Miau, miau.
Yo también me quedo con Santa Bárbara, esa Robin Wright tan jovencita...
Corín Tellado, Naruto nació out. Si fuese Sailor Moon...
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