La ficción televisiva ha reemplazado ya al cine como la forma de entretenimiento mayoritaria. Pero, por primera vez, la televisión no vomita sus contenidos sobre nosotros, telespectadores alienados, limitados a contemplar lo que se nos ofrece.
No, ahora podemos ver los programas que queremos ver gracias a internet y a esos benditos que dedican su tiempo libre a traducir las series y colocarles subtítulos. Gente como ellos es la que hace que la humanidad valga la pena. Porque el resto del mundo es malo. Y está loco.
Mad Men es una serie que durante 3 o 4 capítulos me pareció sobrevalorada, durante los 4 siguientes, brillante y, a partir del noveno, imprescindible.
No, ahora podemos ver los programas que queremos ver gracias a internet y a esos benditos que dedican su tiempo libre a traducir las series y colocarles subtítulos. Gente como ellos es la que hace que la humanidad valga la pena. Porque el resto del mundo es malo. Y está loco.
Mad Men es una serie que durante 3 o 4 capítulos me pareció sobrevalorada, durante los 4 siguientes, brillante y, a partir del noveno, imprescindible.
En 'Shoot' hay una escena tan sencilla como certera para definir el tema de la historia. Betty Draper, la típica ama de casa norteamericana de clase alta, aparece con su look Grace Kelly en el jardín de su casa. Parece un anuncio vintage de cualquier cosa: la casa perfecta, el coche ideal, la ropa que te hará por siempre feliz. Mira a las palomas mensajeras del vecino. Después, fuma un cigarrillo. oh, oh, algo va mal, en los anuncios la gente no fuma y sonríe más. Las palomas emprenden el vuelo. De repente, descubrimos que Betty sostiene una escopeta y comienza a disparar a las aves. Suena una música maravillosa sobre el sonido de las balas y aparecen los títulos de crédito. La perfección que nos venden no existe hace mucho. La emprendimos a tiros con ella.
Moraleja: Betty Draper es mi nuevo ídolo. Otro día hablaremos de su marido.