Mientras veía 'In the mood for love' no podía apartar la sensación de que se parecía a otra película a la que no se parecía en nada. Siempre me pasa lo mismo. Contemplo el cine como una especie de juego de espejos cuyas partes se reflejan unas en otras, creando un espectáculo de luces diferente cada vez. Quizá esta teoría se deba a que padezco una enfermedad mental aun sin diagnosticar, ya que encontré ecos de 'Juan Nadie' en 'La dolce vita', pero hay veces en que es obvio que el cine se alimenta de sí mismo y se pueden apreciar esos sutiles homenajes, plagios, influencias o como cada uno quiera llamarlos. Woody Allen, por ejemplo, es uno de los menos sutiles: ha homenajeado (creo que nunca lo ha hecho con voluntad de plagio) a Welles, Fellini, Bergman, Godard...
'In the mood for love' (para quien aun no la haya visto) es un drama romántico del cineasta chino Wong Kar Wai, que narra los encuentros y desencuentros de un hombre y una mujer en el Hong Kong de los años 60 cuando ambos descubren que sus parejas están enrolladas entre sí.
Es una historia convencional, desde luego, pero escapa a la limitación de su argumento con una puesta en escena que no sé si se puede calificar de original, pero que al menos se mantiene alejada de lo convencional. Para ello, toma referencias de los melodramas hollywodienses de los años 50 (el manierismo a lo Douglas Sirk) y de todos aquellos cineastas que los retorcieron y/o actualizaron (Fassbinder o Almodovar). Una estética entre publicitaria y pictórica, la utilización de la música de otras películas y de canciones populares de los años tal no dejaba de recordarme a 'Kill Bill'. Yo tampoco lo entiendo del todo. Tarantino también parece crear su cine a partir de retazos de otras películas, aunque el norteamericano usa sobre todo aquello que conocemos por cultura 'Pulp' (cine negro de serie B, películas de artes marciales, series de televisión de acción), mientras que el chino se decanta por referentes algo más elevados. Los dos consiguen resultados magníficos. El cine clásico usaba como modelos la pintura o el teatro en su puesta en escena, sus bandas sonoras imitaban a la música clásica, incluía numerosas referencias a los genios de la literatura, etc. Pero ahora ese cine ya se ha convertido en un referente que se usa para realizar nuevas películas. ¿Es esto la modernidad? Quizá, pues hay en estos directores una cierta voluntad de cambio. Intentan que el cine no se anquilose en modelos del siglo pasado. Pero han de luchar con un enorme enemigo: los convencionalismos. A la mayoría de la gente no le interesa este cine, prefiere ver lo de siempre, si acaso, con más efectos especiales. Ahora Wong Kar Wai ha anunciado que va a dirigir una película sobre el huracán Katrina producida con dinero americano. ¿Se puede esperar que se parezca a esta? Lo dudo mucho.
Actualización: Vaaale. Al final, la peli que va a rodar en inglés no va sobre el Katrina. Quien tiene boca se equivoca, qué pasa.