Hace tiempo existía una colección de comics titulada "What the?" en la que se narraban historias de los superheroes clásicos de Marvel desde la perspectiva del humor absurdo, próximo al de películas como "La vida de Brian". Al igual que esta cinta, los relatos escondían a veces intenciones muy serias. En las breves páginas que ocupaba el titulado "Fiesta Mutante Playera", el habilidoso guionista Kurt Busiek aprovechaba los personajes de las series X para reflexionar sobre la condición mutante. Una de las escenas más desternillantes es la aparición de El Menhir, un gigantesco mutante loco iraní que ha descubierto el catalizador que hace que las series de mutantes vendan como churros: la muerte. En la actualidad estos tipos palman a la mínima, cogen un resfriado y se van al otro barrio. La muerte ya no hace que suban las ventas, sino que se mantengan.
Después de varias décadas y de guionistas poco imaginativos que hacen avanzar las tramas a través de golpes de efecto, la otra gran constante ha sido la resurrección. Todo el mundo acaba volviendo, por muy dramático o justificado que estuviese su final. La última en regresar de su viaje por el otro lado ha sido Mariposa mental. El mes pasado retornó nuestro querido Coloso y el que viene... No lo digo, por si chafo la sorpresa.
Mariposa mental es un gran personaje totalmente desaprovechado en los últimos años. Betsy Braddock comenzó siendo una pija inglesa que tenía un hermano superheroe, nada menos que El Capitán Britania. Trabajó esporadicamente como modelo, aunque luego se descubrió que este curro era una tapadera para ejercer como agente secreto al Servicio de Su Majestad. Y es que la muchacha tenía unos poderes mentales alucinantes, que no pudieron evitar que el villano de turno le arrancase los ojos, sustiuídos entonces por prótesis biónicas. Más tarde se uniría al grupo de mutantes proscritos más molón, La Increible Patrulla X, muriendo con ellos en Dallas (su primera vez) en el transcurso de la gloriosa saga "La caída de los mutantes". Pero no estaban muertos, noooo. En "Fiesta Mutante Playera" Lobezno le pregunta a Betsy "¿a donde van los mutis cuando mueren?", y ella responde, "a Australia". Y allí que se fueron. Después de varias idas y venidas, la chica se hartó de vivir en el desierto y aceptó la oferta de Roma la superdiosa, que le dijo que si pasaba a través de un agujero místico llamado el Portal Peligroso, su vida comenzaría de nuevo en un lugar muy lejano a cambio de perder la memoria. Mariposa acabó en Madripur, país imaginario gobernado por La Mano, una misteriosa organización que, aprovechando su amnesia, la recogió y la transformó en una superasesina ninja. Al final escapó del control de malos y, convertida en una oriental hipersexy, se reintegró en los reformados X Men. Desde entonces, las cosas que le pasan son menos interesantes: descubre que ha cambiado de cuerpo, se lía con Arcangel, tontea con Cíclope (que mal gusto), se enrolla con Ave de Trueno y muere de nuevo. Hasta hoy. Mariposa ha regresado otra vez de Australia para regocijo de los fans y espanto de aquellos que piensan que los comics de superheroes no son algo serio porque la gente resucita sin parar. Y qué, si volverá a morir el año que viene. Con tal de que acabe volviendo...
martes, 7 de marzo de 2006
La muerte y Mariposa
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