Otra de esas cosas a las que tengo adicción es a los cómics de Alan Davis. Sorprendentemente, no hemos tenido que esperar casi un año para ver publicada por estos lares la última obra de este genial artista inglés, la miniserie 'Los 4 fantásticos: el fin'.
Panini ha decidido hacerla aparecer apenas un par de meses después de terminar en los EEUU.
Desconozco el motivo, pero espero que ocurra más a menudo. A lo mejor así impiden que ya prácticamente conozcamos los comics de memoria cuando los compramos. Bendita internet.
Alan Davis sigue siendo mi guionista y/o dibujante favorito, al menos en lo que se refiere a los superhéroes. Aunque, como me ha pasado con Millás, he de reconocer que está en baja forma. No sé si será la edad pero empieza a repetirse. ¿Me pasará a mí lo mismo? ¿Dejaré de escribir estos posts tan interesantes?
Durante su estancia en DC Comics, hace ya unos años, Davis realizó una serie de historias ambientadas en universos alternativos en los que usaba a personajes clásicos de la editorial metiéndolos en unos fregados de aupa, echando mano asimismo de la ciencia ficción más añeja para ambientar el asunto y explotando a conciencia su don para dibujar más tipos disfrazados por viñeta que nadie (con permiso de George Perez).
Algo así era JLA: El Clavo (para mí, uno de sus mejores trabajos, un sencillo y bello homenaje a la edad de oro de los comics ejecutado en un estilo inimitable). Algo así también fue su secuela, JLA: Otro clavo, una segunda parte redundante e innecesaria, a pesar del fantabuloso apartado gráfico, que se limitaba a atar los cabos sueltos de su predecesora. Y algo así era 'Superboy y la legión de Superhéroes', en la que le cedió los guiones a su entintador habitual, Mrk Farmer, para narrar una historia entretenida y sin demasiadas pretensiones.
Esta preferencia por los personajes y situaciones clásicos y la ciencia ficción se vuelve a percibir en su último trabajo para Marvel.
'Los cuatro fantásticos: el fin' narra algo así como el fin de la familia superheróica por excelencia. Algo así porque no es el fin per se. Alan Davis o cualquier advenedizo podría perpetrar sin demasiado esfuerzo 'Los cuatro fantásticos: el fin 2'. Cosas más raras se han visto.
La estructura de la historia también es similar a la de sus anteriores obras: la acción va siguiendo a distintos personajes hasta que todos confluyen en un punto de la historia en el que, predeciblemente, deben salvar el mundo, o el universo, o el multiverso, o... En fin, ya me entendéis. Pero en esta serie, de argumento un tanto confuso (a mí me sacan de los disturbios antimutantes y me pierdo), el mundo lo acaban salvando los secundarios mientras Sue, Reed, Johnny y Ben se ven envueltos en una trama demasiado artificosa y algo sensiblera, en la que deben rescatar a los benjamines del grupo de un aciago destino que les tiene reservado su archienemigo, el Doctor Muerte.
El final es un tanto absurdo para una serie con este nombre: (ATENCIÓN, SPOILER A CONTINUACIÓN) Los 4F acaban reuniéndose de nuevo.
Pero, todo hay que decirlo, esta serie tiene su parte buena. Aunque suene a ya leída, engancha desde la primera página, hay continuos homenajes a las etapas en la colección de Lee-Kirby y John Byrne (las mejores, aunque no las únicas, dicho sea de paso), uno no puede dejar de sentirse fascinado por el (posible) futuro que espera a los personajes (La Cosa casado con Alicia Masters viviendo en Marte, La Antorcha Humana liderando a Los Vengadores y los dibujos son espectaculares.
Por todo ello, 'Los cuatro fantásticos: el fin' deja un regusto agridulce. Por un lado, Alan Davis sigue demostrando que sus dibujos son sin duda de lo mejorcito que podemos encontrar en los superhéroes actuales. Pero, por otro, sus ideas parecen agotarse y para construir sus historias echa mano de los mismos recursos una y otra vez.
Ahora solo queda esperar a que retornen los Destine, donde quizá nos entregue un cómic más original o sorprendente. Y si no, que importa. Al menos, conoceremos a Vincent.