-Nuestra siguiente invitada quisiera reencontrarse con una niña de unos 12 años que la salvó de morir ahogada. Un fuerte aplauso para Manola (el público rompe en aplausos y entrá en el plató una vieja de unos 70 años, un tanto renqueante, que se sienta en la última silla de las destinadas a los invitados).
-Muy buenas tardes, Patricia.
-Buenas tardes, Manola. ¿Por qué has venido al programa?
-Pues porque estoy buscando a una niña que me salvó hace ya más de 10 años.
-¿Recuerdas como era la niña?
-Pues era muy delgadita, morena y de poco más me acuerdo...
-Lo tienes un poco difícil.
-Eso ya lo sé yo.
-Explícanos cómo te salvó aquella niña.
-Pues es que casi me ahogo.
-Cuéntanos más, Manola.
-A ver, por donde empiezo. Un día había ido yo a la playa... Me acuerdo perfectamente porque la semana siguiente me trajeron a mi chihuahua.
-¿Qué es eso?
-Un perro, Patricia, lo tengo aquí, te lo enseñare (la vieja saca de entre su camisa una medalla que representa un perro y el público se descojona).
-Perdón, es que soy lerda y no me entero de nada. Esto me pasa por presentar el programa colocada.
-Bueno, el caso es que ese año nos fuimos en julio de vacaciones porque en agosto nos daban al chihuahua, que ya murió. Esto pasó hace 10 años, justo lo que vivió el animalico, que se me ha muerto este verano. Por eso me acuerdo tan bien. En aquella época vivíamos en Barcelona. Yo soy de Barcelona, pero he vivido 35 años en Barcelona. Como me casé muy joven, mis hijos se fueron pronto de casa y nos quedamos solos mi marido y yo, por eso compramos el perro. Todos los años cogemos las vacaciones en agosto, pero ese año, las cogimos en julio.
-Pero cuenta lo de la niña...
-Ya voy, ya voy. Nosotros íbamos a la playa muy temprano. Aquella mañana desayuné un bocadillo y nos fuimos en el coche. A esa hora no había nadie en la carretera y llegamos en seguida. Como era julio y muy pronto, no había casi nadie en la playa. Yo tenía muchas ganas de bañarme porque aquel año había aprendido a nadar. Había por allí unas señoras que, como yo digo, estaban como garbanzos en remojo y no se querían meter en lo hondo. Pero yo, como sabía nadar y ellas no, me puse mi gorro, que era de color rojo, empecé a alejarme de la orilla...
-¡¿Quieres contar ya lo de niña?! (gesticulando con desesperación) Es que nos tenemos que ir a publicidad.
-Perdona, Patri, guapa, es que hay que poner a la gente en antecedentes. Además, yo lo pasé fatal, pero la gente aquí se lo está pasando muy bien (el público ríe ruidosamente).
-Bueno, mira, nos vamos a publicidad y, cuando volvamos, terminas de contar la historia, ¿vale?
-Como tú quieras, eres la presentadora...
-Volvemos en unos minutos.
domingo, 8 de octubre de 2006
La increíble historia de la vieja que aprendió a nadar (I)
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4 parlamentarios:
Para cuándo el fascículodos?
Menos lo de "estoy colocada" lo demás es bastante creíble. ¿Hay vídeo en youtube?
Esperamos ansiosos la segunda parte. Vaya cuajo: digo Patricia... y la vieja también.
Pues no he encontrado el video en youtube, pero si alguien lo encuentra, que me lo mande. La resolución, un poco más arriba. Disculpen la tardanza, pero entre los últimos calores y los primeros fríos he cogido un gripazo...
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