jueves, 9 de febrero de 2006

Todo son preguntas

Pues si, amiguitos, los rescoldos de nuestra fe en los premios musicales, ese mito tan parecido a la caverna platónica que pudo perfectamente no haber existido nunca, sobrevivirán hasta el año próximo. La debil ráfaga que ha reavivado las llamas ha sido el Grammy a Aimee Mann. Ya sé que el resto de los ganadores son más o menos mediocres o tirando a una mierda. Pero ahora una de las mejores cantautoras norteamericanas, fiel reflejo del desconcierto de principios de este nuevo siglo, tiene un bonito gramófono dorado en la estanteria de su dormitorio. Ojala suban sus ventas. ¿Qué más da que su categoría sea la de mejor envoltorio? ¿Qué más da que le hayan dado la mayoría de premios a U2, una banda que hace una década que no está en su mejor forma? ¿Todos los premiados han de ser necesariamente viejas glorias? Y me refiero a glorias viejas, viejas, viejas (Tonny Bennet, Emmylou Harris). ¿No hay artistas jóvenes que merezcan la pena? ¿O todos los recien llegados son como Kelly Clarkson, versión yanki de Rosa de España (o peor, de Chenoa)? ¿Por qué Mariah Carey no deja de comer y contrata un estilista? ¿Por qué Chris Martin no se corta el pelo y deja las drogas? ¿Por qué los artistas "latinos" premiados son cada año más lamentables? ¿Es necesario que le den premios a Shakira, Luis Miguel o Laura Pausini? ¿No les basta con los Ondas? ¿Por qué se empeñan en llamarlo la gran noche de la música si no es más que otra gala en la que siempre los mismos se dan palmaditas en la espalda entre sí? La humanidad está, definitivamente, condenada.

3 parlamentarios:

Patch dijo...

Reivindico un grammy para el terremoto de Alcorcón.

¿No hay un premio al mejor video clip?

Casshern25 dijo...

Son unos premios concretados por una mafía en la que los capos son multinacionales... me hace especial gracia lo de U2, justamente cuando estan pasados de rosca, se les considera los "number 1".... y es que aunque lo intenten siempre van dos, tres, diez, cien... pasos por detras a lo que realmente se cuece en la música.

Anónimo dijo...

Yo creo que por lo único que agradece el Grammy a Aimee Mann es porque cuando empiece a estar un poco dura de oído podrá usarlo de trompetilla. Como bien dices, eso nada más que es un desfile de golpecito en el hombro y de paso te quito la caspa, usa H&S. Hay cosas que nunca cambian ...so just give up.

Lluvia Pérez.