Es probable que "Buenas noches, y buena suerte" no sea una obra maestra.
El nunca suficientemente explorado terreno de este concepto tan mánido está lleno de películas en las que los sentimientos son los protagonistas. El reflejo de las pasiones humanas en la gran pantalla continúa siendo el tema favorito de crítica y público. Por eso es facil que "Brockeback Mountain" se haya convertido en el estreno estrella de la temporada, pues narra una historia de amor imposible cuya única novedad es sustituir uno de las factores de la clásica ecuación chico-chica, obteniéndose un resultado mucho más llamativo y morboso. Pero la película de George Clooney decide hablar de la realidad desde la perspectiva de las ideas, un punto de vista mucho más valiente que el romance entre vaqueros. La caza de brujas del siniestro McCarthy sirve de excusa perfecta para hablar de temas tan poco frecuentes en el reciente cine americano como la responsabilidad periodística, el poder de la opinión pública o la libertad de pensamiento. Si la cinta fuese una modalidad de artículo periodístico sería sin duda una columna de opinión en la que el director ofrece un personal ejercicio de estilo en el que plasma sus obsesiones de una forma concisa, rotunda y, sobre todo, elegantísima.
lunes, 13 de febrero de 2006
Apuntes para una crítica de "Buenas noches y..."
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