lunes, 22 de enero de 2007

Mirandas asesinas

Para mí, los mejores cineastas son aquellos que consiguen fusionar dos géneros bien diferenciados sin perpetrar un pastiche nefando. Lo hacía con una naturalidad pasmosa Rossellini con el melodrama y el documental, también Truffaut con el costumbrismo y el cine negro o Hitchcock con la comedia romántica y el thriller.
En la novela, la mezcla de géneros suele ser más constante y sutil, pues la narrativa parece prestarse mejor a la mezcolanza: en una novela caben muchas más cosas que en una película. Además, las novelas tienen una tradición más antigua de sobrepasar los límites impuestos por los géneros. Asimismo la parodia se ha convertido en un género en sí mismo, mucho más serio y respetable que las parodias cinematográficas, que optan por el humor zafio y grosero. 'El Quijote' es una parodia de las novelas de caballería que se ha impuesto a través de los siglos a los libros de los que se reía, olvidados en los recovecos del pasado.
Por eso, no me extrañaría que 'Me llaman Fuco Lois' sobreviviese a las novelas a las que pretende parodiar.


Fuco Lois



'Me llaman Fuco Lois' es una novela de José Antonio Palomares. Es uno de esos libros de los que uno ignoraría su existencia si no fuese por una casualidad. La casualidad se llama El sabor del cerdo agridulce y es la que me impulsó a acercarme a leerla. Me gusta leer los libros que se me cruzan en el camino y, como decía Carmen Martín Gaite, se deben leer en el momento en el que los hemos descubierto. No vale eso de "hay que leer a Proust", cuando nos encontremos con Proust deberemos leerlo, pero no con premeditación, obligados por el renombre del escritor. Quizá por eso mis lecturas sean tan desordenadas.
Esta novela es superficialmente una parodia de los best-sellers tipo 'El código Da Vinci' pero también de las novelas digamos... Femeninas (a falta de otro adjetivo mejor). Aunque a priori parezca imposible, la mezcla entre 'El diario de Bridget Jones' y las tramas de Ken Follett (no he leído nunca he leído una novela de este hombre pero por las constantes menciones, debe de parecerse mucho). Pero 'Fuco Lois' no es solo el desenmascaramiento de un rosario de tópicos. Es algo más. Miranda, la protagonista es una de esas personas que uno desea tener como amiga pero nunca como enemiga:

Fuco Lois volvió a su cortina
- Esa hostilidad generalizada contra todo el mundo debe causarte no pocos problemas- comentó con descuido.
- No es contra todo el mundo, solo contra quien se lo merece.
Fuco Lois permaneció callado.
- Lo que pasa es que hay una sobreabundancia de gente insoportable- dije yo.
- O sea que has decidido declarar una guerra implacable al mundo.
- Sobre todo a los insoportables- convine.
- Que son mayoría, por lo que parece- insinuó Fuco Lois.
- Se me ocurren varios nombres a bote pronto, desde luego.
- Espero que el mío no esté entre ellos- dijo Fuco Lois volviendo a mirar a la calle-. Creo que no soportaría una andanada de tus ataques. Un impacto directo de una de tus frases podría descalabrarme.
No dije nada para no abrirle la cabeza y seguí fumando, y odiando el tabaco a la vez.


Miranda me recuerda a una chica que conozco y que se llama Anita, no solo por su fuerte carácter sino también por su temperamento artístico (Miranda es pintora vocacional) y por su gato. El gato de Miranda se llama Merlín. El de Anita se llama Pirata. Ambos se comportan del mismo modo: son altivos, despegados, cariñosos solamente con los desconocidos o cuando llega la hora de la comida. Pero nos estamos desviando del tema principal. Repentinamente, Miranda se ve envuelta en una oscura trama en la que se mezclan anillos arcanos, atractivos desconocidos y organizaciones clandestinas que quieren dominar el mundo con trabajos de 9 a 5, compañeros insoportables y soledad vespertina.
Por eso esta novela es algo más que una parodia. Es una mezcla de géneros que, al juntarse, no chirrían y que entronca con los grandes maestros del cinematógrafo por la habilidad con la que están engarzadas las piezas.
La función de los best-sellers es servir de escapismo a unos lectores presuntamente aburridos de su vida. Esta novela subvierte esa idea y consigue ser una apología de la cotidianeidad. Miranda regresa una noche a su casa y se ve involucrada en un turbio asunto pero a la vez debe continuar con su rutina: su trabajo, sus visitas al psicólogo, su insoportable madre, etc. Debe hacer frente a unos matones a sueldo y al mismo tiempo a un pretendiente que adora a Tintín (yo también odio a Tintín).
No sé si la intención del novelista era ésta, pero la narración se convierte en una reflexión sobre nuestra convencional normalidad y nuestras pretensiones de escapar de ella.
Miranda quiere ser artista, pero como de la pintura solo viven los pintores de brocha gorda, trabaja de secretaria en una oficina. Miranda está instalada en una cómoda pero aburrida realidad que se repite día tras día, aunque secretamente desea escapar de ella, intentándolo a través de sus cuadros. Pero cuando la realidad se disuelve y deja paso a una delirante trama de misterio, también es el momento en el que la rutina se revela como lo que es: un arma tanto o más mortífera que la ficción.

9 parlamentarios:

Anónimo dijo...

No se lo digas a Palomares, pero me ha llegado hoy el libro y tengo a tres oficios esperándome. Voy por la 106. Que hay que ganarse la dedicatoria.

Menuda coincidencia que hoy saliera este post.

Qué risa lo de Tápies.

Anónimo dijo...

Pues yo confieso que ya me lo leí, en noviembre para ser exacta, pero soy TAN REMATADAMENTE MAULA que no le he escrito una mísera reseña al hombre. Eso sí, la dedicatoria me la llevo como que me llamo CAYETANA. Mwahahahah.

Anónimo dijo...

Una cosa: ¿el jamón en qué quedamos que tenía que ser, de Joselito o de Guijuelo?

Muchas gracias por la reseña, hace parecer al libro mejor de lo que es.

Anónimo dijo...

Sabes que ya existe un blog llamado así, hace poco fui a caer en sus redes http://mellamanfucolois.blogspot.com/
Haré caso a tu recomendación cuando acabe a Murakami que me tiene atrapata en la orilla de mi mesita de noche.
Por cierto, te voy a pedir tu opinión más sincera (desde que descubrí de tu mano a The Pipettes eres mi ídolo), dime qué te parece la canción que acabó de colgar en mi último post Síntomas... vaaaaaaa!!
Bueno la saqué de la película de Maria Antonieta, que por cierto ya me extraña que no hayas hecho ningun comentario al respecto.
Muac
:)

Anónimo dijo...

... que burraaaaa que soyyyyyyyyy no tendrá este blog nada que ver con Palomares arghargharghhhhhhhhhhhhhhh que hoy no es lunes nena!!!!!!

Anónimo dijo...

Sí, el blog de Fuco Lois también lo llevo yo, Antherea. Lo abrí para ir escribiendo cosas sobre la novela de vez en cuando, pero estoy tan liado que apenas lo actualizo. Claro, como no lo actualizo la gente no entra, y por tanto yo no actualizo, porque para qué, si no lo va a leer nadie. Ahora funciona casi como archivo. Archivo abandonado, a ver si reuno fuerzas y escribo algo cada tres o cuatro semanas al menos.

Curiosa, está feo que lo diga yo, pero cómprate el libro, sí, la parodia no es despidada sino suave. Yo también leo bestsellers y algunos hasta los disfruto. El problema de los bestseller surge cuando se convierten en una colección de tópicos y están escritos con los pies. Sí, en efecto, me refiero al Código Da Vinci.

Anónimo dijo...

Me siento ridícula, patética, absurda, en fin... si desde un buen principio hubiera linkado a ese cerdito tan agridulce... para que sirven los links, eh? bueno, en fin, con más motivo lo leeré. Y lo del blog, pues sí, ánimos para seguir actualizándolo. Lo que no entiendo es como fue a caer en él, seguro que fue a través de aquí.

Luisru dijo...

fgaSobre el tema de los best-sellers, no he leído 'El Codigo Da Vinci' ni pienso hacerlo, pero supongo que hay otros que son muy respetables. 'El diario de Bridget Jones' me pareció muy divertido.
Antherea: la canción que has colgado en tu último post me encanta, sobre todo ese aire clásico del principio. No he hablado de 'Maria Antonieta' porque no la he visto, pero espero subsanar ese error esta misma tarde. Debe ser una película excesiva y gafapástica, sospecho que me va a encantar.

Anónimo dijo...

Luisru, sin duda alguna te encantará. Sofía Coppola siempre lanza ese último susurro que nos encoge el corazón, lo espachurra, y no lo suelta hasta días después de haber leído los créditos finales. Pues si, descubrí The Pipettes a través tuyo!!! Te voy a contar una anécdota. El otro día fui a celebrar mi cumple a un local de moda de Barcelona donde ponen música bastante buena (segun criterios claro) pues pedí al DJ The Pipettes y me dijo ¿de qué las conoces? jajaja pues no paró de poner una canción tras otra de ellas, el pedo fue genial.