miércoles, 20 de diciembre de 2006

Quiero ser presentador de un concurso


Ah, ese inmortal politono de Henry Mancini...

A veces, por las tardes, me quedo embobado delante de la televisión. Me da rabia. Creo que hay mejores maneras de perder el tiempo. Incluso audiovisuales. El DVD. Y el youtube. Pero no puedo evitarlo, es encenderla y me invade una sensación parecida al vértigo: me atrae y me repele al mismo tiempo. Cuando me quiero dar cuenta, ya no me entero de nada de lo ocurre a mi alrededor. Y no es que esté viendo un programa que requiera toda mi atención, sino algún convencional concurso, como 'Allá tú' o '¿Quién quiere ser millonario?'.
La tele se parece a la vida de cualquier persona. Se compone mayormente de ratos convencionales, repetitivos, prescindibles, entre los cuales se cuela a veces (en los días buenos)un momento único, irrepetible, sublime.
Pero, a diferencia de la vida, los mejores momentos pueden repescarse y disfrutarse tantas veces cómo uno quiera. Nuestra entrañable (que diría Carmen Sevilla) Televisión Española cumple 50 años y está explotando este hecho a conciencia. Rebusca (no demasiado) en sus archivos y selecciona para sus telespectadores esas escenas a las que todos queremos volver. Cómo sabe la jodida que los humanos somos unos carroñeros de la memoria y nos contentamos con estas pobres imágenes del pasado para combatir la mediocridad de nuestro presente.
Para comprobar cómo la mediocridad es el hilo conductor que cohesiona la televisión sólo hay que fijarse en los presentadores de los concursos vespertinos: Silvia Jato, Jesús Vázquez, Carlos Sobera... Cuando alguien les pregunte a qué se dedican (si es que alguien no los conoce y se lo pregunta) responderán, con un deje de orgullo, "soy presentador". ¿Es vocacional querer anunciar politonos entre concursante y concursante? No. Todos han intentado hacer carrera en otra cosa antes o mientras se movían bajo los focos con escaso éxito. Silvia Jato ha sido modelo (¿de provincia?); Jesús Vázquez, modelo, actor e incluso cantante (profesional del espectáculo, lo llaman a esto); Carlos Sobera ha sido intérprete (ha intervenido en películas tan fantabulosas cómo 'Pacto de brujas'). Aunque todos han encontrado su sitio en la televisión, que les ofrece un trabajo estable y en el que no tienen que esforzarse demasiado. Sus defensores alegarán que tienen carisma o prestancia o vete a saber qué cualidad que les separa del resto de los mortales. Pero yo creo que su escaso talento para otras profesiones les ha hecho refugiarse en este medio, en el que hay que rellenar todas las horas y no siempre con contenidos de primera calidad.
Total, los programadores suponen que los televidentes somos igual de mediocres que los presentadores que contratan, así nos sentimos identificados o algo. Quizá tengan razón.
Para consolarme de mi mediocridad me quedan los especiales de TVE en los que se recuerda a personajes extraordinarios cómo Mario Conde, Jesús Gil, las Chicas de oro, Torrebruno, los Ángeles de Charlie, Lina Morgan o Herta Frankel.
O eso o pensar que mi condición de persona que no destaca en nada me puede llevar a ser presentador de la tele. !Qué ilusión¡ No te creas que a eso llega cualquiera.

8 parlamentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ver la ilusión que hace encontrar un comentario en el blog de uno. Se trata de uno de esos momentos que, al precio que estan las hipotecas, es de las pocas alegrías a que aún podemos aspirar.

Y más aún cuando no se trata de publicidad para alargarse el pene. Que también hace ilusión, pero no nunca deja a uno de inquietarle el "¿Como lo habrán sabido...?"

Yo también te he leído, y también me ha gustado (por eso repito). Pero como dice el sr.Lobo en Pulp Fiction, "Tampoco vamos ahora a comernos las pollas"...

Así que, por el momento, de machote a machote, un saludo cordial y viril que deje patente nuestra masculinidad y despeje cualquier atisbo de duda acerca de nuestra orientación sexual (al menos, hasta que estemos preparados para salir del armario).

Ahí queda eso!

Anónimo dijo...

Ser presentador es la salida a todos los que la vida no les da más...pero no sólo de concursos vespertinos. OT con el Navarro, la Sevilla con Cine de Barrio, pobrecilla, y antes con tele cupón y las ovejitas con las que no quiero decir que hacía.
Yo prefería aquellas tardes de las chicas de oro...qué maravilla.

Anónimo dijo...

Silvia Jato, por su capacidad de lectura rápida e incomprensible, merece un respeto.

Anónimo dijo...

Pues yo me pido a Leticia Sabater en los programas psicotrópicos que tenía en Canal 7. Menudos viajes que se pegaba a costa de los que también se arreaba su público. Así se le quedó el ojo de rodaballo...
Ah, y felices fiestas, gatunos y valleinclanescos amigos ;)

Anónimo dijo...

¿Y qué tal Jordi Hurtado? tiene que ser horrible su rutina. Aunque bien mirado no debe estar mal, en un día puedes grabar los concursos de dos semanas y a vaguear.

A Osojoso le daría un par de remedios infalibles para que te crezca la polla. El primero adelgazar y el segundo raparte el pubis o en su defecto dejar bien cortito el vello de la base del pene. No la vas a tener más grande pero lo va a parecer.

Anónimo dijo...

Pues el Gran Wyoming se ha lucido... mirad, mirad. Se ha lanbrado un gran futuro el chaval. Es una paradoja estraña la del español medio (televisivament hablando).
http://www.youtube.com/watch?v=G4IOdwRtpkQ

Anónimo dijo...

Hombre, la Jato al menos fue Miss Europa o algo así. Jordi Hurtado parece Jim Carrey en La Máscara. Esos piños me pueden.

Anónimo dijo...

Miss Galicia, creo. ¿Está un poco estropeada últimamente o me lo parece a mí?
Pobre Jordi Hurtado. Taxidermizado desde los tiempos de "Si lo sé no vengo", no ha cambiado el hombre nada.