Hasta que la siempre certera Rosa Belmonte no se encargó de remarcarlo, el hastío por su continua presencia en los medios me impidió recordar la dimensión mítica de Rocío Jurado. Estamos acostumbrados a que pongan lo mismo en todos los canales con ligeras variaciones: si en la serie de una cadena aparece Belén Rueda, en la de la otra sale Miriam Díaz-Aroca (cortadas por el mismo patrón); si un programa lo presenta Ana Rosa Quintana, otro lo conduce la inefable Inés Ballester, etc. Pero lo de esta semana ha sido de órdago. En todas partes, lo único que hemos podido ver han sido panegíricos, semblanzas, homenajes, imágenes de archivo, desfiles interminables de gentes enlutadas, famosetes enjugándose las lágrimas y periodistas del corazón compungidos porque España ha perdido una artistaza. A ellos les afecta especialmente, porque se quedan sin una de sus principales fuentes de ingresos. Bueno, hasta la Tercera República (que llegará pronto) les queda la Casa Real. Después, ya veremos.
En fin, si has encendido la tele en los últimos días lo más probable es que hayas asistido a alguno de los innumerables especiales dedicados a tan magna figura. Por mi parte, me quedo con la retransmisión del funeral en TVE, conducido por Cristina García Ramos, una presentadora en la que no había reparado por coincidir su estupendástico programa con 'Los Simpson', pero que se merece uno de esos debates tipo 'Salsa rosa' por ser la única capaz de hacer callar a los contertulios sin levantar la voz. Memorable como los cortaba en mitad de una frase porque decía que llegaba un momento solemne (porque le salía del papo, en realidad).
La exagerada cobertura mediática hizo que me olvidase de lo grande que era LMG, tan, tan grande que algunos se han apresurado a pedir su beatificación. Rocío Jurado no solo nos legó una ristra de clásicos de la canción española y a Rociito, sino también una frase mítica, de esas que se te pegan como un estribillo de Georgie Dann (últimamente no paro de repetir "Un bloody-mary, por favooor" y eso que ni siquiera he oído la puñetera canción): "No vengo más nunca al AVE". Sencillamente genial. Que permanezca viva en nuestra memoria por los siglos de los siglos.
miércoles, 7 de junio de 2006
No vengo más nunca al AVE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 parlamentarios:
¿Y no fue ella también la que dijo "que España no se acaba en Gibraltar, que hay barcas pa' seguir?" O quizás fue la Pantoja.
Parece que blogger tenía el día tonto ayer y no apareció mi comentario. Chorrada más, chorrada menos, venía a decir:
AVÏV OICOR!
Ja, ja, ja. Muy gracioso el post. La verdad es que hemos acabado de la pobre Rocío Jurado hasta la coronilla. Con respecto a lo de la Tercera República, casi mejor que no llegue, chico, que a la Leti ya la tenemos calada y mejor lo malo conocido... Por cierto, acabo de leer un un post respecto a esto que es muy curioso. Está en el blog MARKET DOC(http://marketdoc.blogspot.com/2006/06/el-marketing-de-las-ideas-polticas-la.html)
A seguir tan graciosos, Anita y Luisru.
Gracias por la visita y los halagos, Mr. Boyer (por cierto, buen nick), intentaremos seguir igual de graciosos. Y muy interesante el artículo que recomienda, como tantos otros soy una víctima del marketing, que le voy a hacer.
Publicar un comentario