Me encanta la paradoja: mientras unos advierten sobre una posible epidemia de obesidad otras se quedan sin trabajo por estar demasiado flacas. Con los libros pasa lo mismo. Algunos defienden que las mejores lecturas se encuentran encerradas en los volúmenes de cientos de páginas. Pero ya se sabe, el refrán dice que el perfume se guarda en frascos pequeños. Claro que también el matarratas.
No soy un estudioso de la literatura. Si lo fuese, no perdería aquí mi tiempo y escribiría una tesis sobre los libros gordos frente a los delgados. Observando las novelas publicadas en las últimas, pongamos por caso, tres décadas, se puede llegar a la conclusión de que, mientras los escritores norteamericanos se esfuerzan en superar las 500 páginas, la mayoría de los europeos (Europa es muy grande y tampoco he leído tanto) apenas superan las cien. Autores como Philip Roth, Michael Chabon o John Irving pueden escribir mil páginas sin inmutarse. En cambio, los de este lado del atlántico tienden a la concrección. Ejemplos: 'El amante', de la Duras, 'Sostiene Pereira', de Tabucchi o 'Un tranvía en SP', de Elorriaga, por citar algunos que he leído en los últimos meses.
No me meto en si tal o cual es mejor o peor, que cada uno saque sus propias conclusiones. Tampoco sé qué significa esta contradicción, pero si alguien tiene la respuesta, que avise.
P. S. Para contradecirme a mi mismo una vez más, estoy leyendo una novela europea bien gorda, aunque es de los años 50. Se trata de 'No soy Stiller, de Max Frisch y empieza así:
- ¡Yo no soy Stiller!
Día tras día, desde mi llegada a esta cárcel, que más tarde habré de describir, lo digo, lo juro e insisto en reclamar whisky, sin el cual me niego a hacer ninguna declaración. Porque sin whisky, lo sé por experiencia, no soy yo mismo, sino que tengo tendencia a sucumbir a todas las buenas influencias posibles y a representar un papel, que a ellos quizá les pareciera bien, pero que no tiene nada que ver conmigo. Porque en la situación absurda en que me hallo (me toman por un ciudadano de su pequeña localidad, desaparecido), lo único que importa es no dejarme influir por lo que digan, estar alerta frente a todos sus amables intentos de meterme en una piel ajena y mantenerme incorruptible hasta llegar a la grosería, si es preciso, digo: puesto que lo único que importa es no ser otro que el individuo que, por desgracia, soy en realidad, no cesaré de reclamar a gritos que me traigan whisky, cada vez que alguien se acerque a mi celda.
Este estupendo es una recomendación de Anita, asimismo acreditada como autora de este blog, pero que hace ya meses que no se pasa por aquí. ¿Dónde estás, Anita?
sábado, 9 de septiembre de 2006
¿Gordo o delgado?
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6 parlamentarios:
Los libros en realidad no se pueden medir al peso..los hay buenos cortos, "Sostiene Pereira" me ha gustado bastante, y gordos que no son pura bazofia (véase cualquiera de Dan Brown). Cortos que dan arcadas "¿Quien se ha comido mi queso?" y largos que son obras maestras "Crimen y castigo"...depende, depende.
Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí
Yo también me he fijado en que los americanos parecen escribir novelas cada vez más largas: Middlesex, de Eugenides, cualquiera de John Irving, cualquiera de Jonathan Franzen, cualquiera de Stephen King, cualquiera de Michael Chabon, La broma infinita de Foster Wallace. Parece que en la obsesión de los nuevos autores por escribir la gran novela americana han pensado que gran no se refería a bueno, sino a extenso.
"El pecho" de Philip Roth (recomendadísimo) sólo tiene 96 páginas. Aunque ahora que lo pienso, lo escribió en los setenta...
¿Tendrá algo que ver con una campaña de los EEUU para que sus cada vez más obesos/as habitantes no se sientan abandonados por la cultura?
Sin embargo La conjura contra América, también de Roth, tiene cerca de 500. Y aprovecho para desmentir que sea una obra maestra, como se dice en todas partes: es un coñazo.
Pues yo he leído 'Pastoral americana', de Roth, y me parece estupenda, aunque no llega a las 500 páginas. Es verdad que los escritores norteamericanos parecen emperrados en escribir la 'gran novela americana'. Al final,(segun mi modesta opinión) la escribió Bolaño y se llama '2666'.
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