jueves, 8 de marzo de 2007

Una verdad incómoda o La soledad hace la fuerza

En ocasiones pensamos que ahora somos más libres que en otras épocas y que podemos decir cosas que antes no hubiesen podido decirse. Pero ahora no decimos algunas cosas no porque no puedan decirse, sino porque nos resultan incómodas. La audacia no es nuestro fuerte.
Pero en el género humano siempre ha habido especimenes adelantados a su tiempo, como es el caso del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, que se atrevió a decir en el siglo XIX cosas que nosotros ahora preferimos callarnos, como que el mundo está hecho a la medida de los hombres y las mujeres no podrán adaptarse a él hasta que no varíen las reglas del juego.
Ibsen estrenó en 1882 un drama titulado 'Un enemigo del pueblo' en el que hablaba de un tema controvertido: este, el de las verdades que no nos gusta oir.
Como obra de teatro adelantada a su tiempo, se sigue representando en la actualidad (estos días, en el nuevo y flamante teatro Valle-Inclán de Madrid) y sigue estando dolorosamente vigente.
'Un enemigo del pueblo' es la historia de un hombre, el Doctor Stockmann, que descubre que el balneario que sustenta a su ciudad natal está lleno de aguas envenenadas. Orgulloso de su descubrimiento, decide compartirlo con sus conciudadanos, pero estos no solo no le escuchan, sino que le condenan por arrojarles a la cara esta incómoda verdad: el populacho es una masa apenas racional que se deja dirigir por cualquier orador de tres al cuarto.

enemigo

Cuando uno ve la obra puede pensar fácilmente "Es cierto, el pueblo es un atajo de borregos, pero yo estoy por encima de eso". Craso error, TODOS somos el pueblo y TODOS hemos querido confundirnos alguna vez entre esa multitud tan propensa a los linchamientos. Pero no nos gusta sentirnos incluidos en ella porque pone de manifiesto que las diferencias que nos separan de ella son ínfimas comparadas con las similitudes.
Ibsen ataca frontalmente a la democracia, ese sistema de gobierno que aclamamos como la panacea, aunque no lo sea: el problema es que en democracia el pueblo ejerce la soberanía, un pueblo compuesto por hombres y mujeres estúpidos, irreflexivos, violentos, mediocres, y lo peor de todo, que no son (somos) conscientes de ninguno de estos defectos.
Ibsen no propone una alternativa para la democracia porque seguramente no se le ocurre ninguna, bastante mérito tiene ya darse cuenta de que algo no marcha bien en cuanto a nuestros gobernantes, a los que tendemos a echarles la culpa de los males que nos azotan cuando se supone que nosotros somos los que mandamos. ¿No seremos asimismo parte del problema?
Siempre se nos ha vendido la democracia como el menos malo de los sistemas de gobierno, pero no por eso debemos considerarla infalible. Claro que esto es algo que muy poca gente se atreve a decir. Nos callamos y, si la idea cruza nuestra cabeza, intentamos desecharla lo más rápido posible porque también está muy mal que el pueblo no pueda decidir su suerte. Por eso, alguien tiene que gritarnos aquellas cosas que no nos gusta oir. Como al doctor Stockmann, nosotros les despreciamos, arropados por otros miles que piensan como nosotros, convencidos de que las ideas más extendidas siempre son las mejores. Pero unos pocos saben que no es así, como sentencia Ibsen al final de la historia, “El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo”.

9 parlamentarios:

Anónimo dijo...

la soledad a veces puede fortalecernos o hundirnos, siempre el arte se rodeo de ella, es necesaria y odiada a la vez...
saludos y mi voto de todos los días!

Anónimo dijo...

He leído algo de Ibsen, pero no "Un enemigo del pueblo".


Dices: "Pero no nos gusta sentirnos incluidos en ella (la multitud propensa a los linchamientos) porque pone de manifiesto que las diferencias que nos separan de ella son ínfimas comparadas con las similitudes."

Hay muchos que se sienten reforzados en sus ideales cuando una masa los acompaña. Yo pienso que los ideales están dentro de cada uno y que la masa sólo los desvirtúa. Creo en la individualidad. Vivir en sociedad tiene su tara, como puede ser la democracia. Pero sale barato. Cuando hablan de rebaño, pienso en los afectados por una dictadura. A un noruego (en la actualidad, no me refiero a Ibsen, que sí que era un adelantado) le tiene que ser más fácil hablar de democracia como la voluntad de una mayoría ciega. A mí me cuesta bastante acercarme a esa definición cuando ha pasado tan poco tiempo desde que podemos decir lo que nos salga de las narices sin tener que pasar por una cárcel después.

Cuando he escrito esta última frase no estaba pensando en nadie en específico, pero ahora sí: ¡Champagne y langostinos para todos!

Cayetana Altovoltaje dijo...

Qué buena la obra, y qué aplicable a cualquier sociedad actual. Increíble cómo tanta gente prefiere la mentira, teniendo la verdad al mismo alcance.
¿Existe la colectividad inteligente?

Martita Leal dijo...

Yo me siento en minoría conmigo misma... A ver si es que voy a ser una Einstein y lo que mi madre llama tonterías son por lo menos, por lo menos teorías de física cuántica...

junior dijo...

¡Qué grande es Ibsen!

Carmen dijo...

Aunque Ibsen en su época, sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad dominada por los valores victorianos, obras que cuestionaban el modelo de familia y de sociedad dominante actualmente no han perdido vigencia y es uno de los autores no contemporáneos más represtado en la actualidad!!! y eso que nació el siglo pasado... brutal. Unavez más a mi me remite a la literatura de COU, jajajaja.

Luisru dijo...

Me quedo con tu frase, LLuvia: "Creo en la individualidad".
Es algo bueno en lo que creer.
Es verdad que los rebaños son más propios de las dictaduras, pero es que lo de Chávez (por ejemplo) es una democracia, supuestamente.
Está bien que lo que estudiabamos en COU nos haya servido para algo. Esperemos que a la siguiente generación le sirva igual.

marta en parís dijo...

Fui a ver esta obra hace unas semanas. Me encantó la adaptación que han hecho de la obra. Original, pero respetando la obra... lo que dices... no lo podría haber dicho yo mejor. Ibsen era un genio, muy adelantado a su época, no creeis?

marta en parís dijo...

como me repito, he puesto obra tres veces, tengo que empezar a leer mis comentarios antes de publicarlos...