jueves, 28 de septiembre de 2006

En defensa del peor Claremont

Androide Paranoide me ha hecho reflexionar debido a su intervención en los comentarios del post anterior. Mira lo que has hecho, Androide, ¿te parece bonito? Es cierto que cuando comencé este blog (hace ya casi un año, glups) escribía mucho sobre comics, pero es que también leía muchos más blogs sobre comics, ahora ya prácticamente no leo ninguno, los motivos me los guardo porque son impublicables. También leía muchos más comics. El caso es que me estoy desintoxicando, aunque sea una cura forzosa por falta de tiempo. Pero al menos uno por semana si que cae, sobre todo ahora que están reeditando los postreros números de Chris Claremont en mis adorados mutantes. En mi humilde opinión, Claremont ha sido el mejor escritor que ha pasado por las páginas de la Patrulla X, por no decir el único, pues los que han venido después no han hecho más que recurrir a versiones remozadas de sus antiguos argumentos y situaciones. Incluso en sus horas bajas, cuando ya llevaba más de una década en la colección y no sabía qué hacer con los protagonistas de la misma, era capaz de escribir diálogos como este. Poniendonos en situación, Dazzler, mujer X, ha pasado por el Portal Peligroso (¿Cómo? ¿No sabes qué es el Portal Peligroso? ¿Cómo puedes seguir viviendo?)y ha perdido todos sus recuerdos. Pero su amigo Fred Stanachek la encuentra y la lleva a Hollywood para promocionar una película que la antigua cantante rodó antes de "morir" (¿Tampoco sabes que la Patrulla murió en Dallas, salvando de paso a la humanidad?):

Dazzler: En realidad, Srta. Baron, no soy Dazzler. Considérame su gemela malvada, Skippy.
Ginjer Baron: ¡Ah, ya veo! Bueno, "Skippy"... Confieso que no eres lo que esperábamos.
Dazzler: ¿Y qué era?
Ginjer Baron: Ejem... Bueno, ya sabes... Una cantante espectacular y descerabrada... Ultramachista agresiva exhibicionista explosiva superheroína. Y ahí estás tu... Refrescantemente normal.
Dazzler: ¿Quieres decir una persona en vez de un cliché? Seguramente es porque no soy yo misma.
Fred: ¡Alison (Blaire A.K.A Dazzler), Ginjer Baron dirige este estudio!
Dazzler: Soy un ser humano, Fred, no una mercancía.
Ginjer Baron: En realidad, en esta ciudad, la gente... Sus ideas, su talento, es la mercancía.
Dazzler: Y para bien o para mal es explotada.
Ginjer Baron: Nuestro juego. Nuestras reglas. Nadie te obliga a jugar.


Aparte de esta reflexión sobre la cosificación de los trabajadores de la industria hollywodiense, el resto del número está plagado de tópicos y no aporta nada a unos personajes sobreexplotados. Pero, comprobada la labor de sus sustitutos (incluído él mismo; antes de su regreso debió pasar por el Portal Pelígroso, olvidándose de escribir en el proceso), hemos de reconocer que este Claremont aun era capaz de escribir escenas memorables. Ningún intelectual sesudo dedicará una tesis doctoral a su obra, pero cientos de frikis seguiremos leyendo sus comics antes de irnos a la cama. Este es el retorcido camino que le tiene reservada la posteridad.

P.S. Minipunto para quien acierte el idioma de los bocadillos en la imagen.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Carta abierta Rockdelux

Excalibur Alan Davis
Estimada redacción de Rockdelux:

Cuando abrí el último número de vuestra revista y me encontré con la historieta de Juanjo Sáez recordé de inmediato el 'Excalibur' de Alan Davis. No sé si sabreis lo que es 'Excalibur' o quien es Alan Davis. Juanjo Sáez, al ser autor de comics, quizá conozca a este dibujante y guionista, aunque lo dudo. Supongo que a él y vosotros os irá el rollo underground en cuanto al noveno arte se refiere. Pues bien, Alan Davis es un artista inglés que ha colaborado sobre todo con las dos grandes majors del comic americano, Marvel y DC, en proyectos más o menos personales como el ya citado 'Excalibur', 'Clan Destine', 'Batman y los Outsiders' o 'JLA: el clavo'. Excalibur es un comic de principios de los noventa en el que un grupo de superheroes se establecen en Inglaterra, formando una especie de sucursal inglesa de la archiconocida Patrulla X. Al principio, Davis solo dibujada la serie, pero más tarde se encargó ademas de los guiones, introduciendo nuevos personajes de las más diversas procedencias: una parodia de Conan el Bárbaro de aspecto felino que era originario de nuestra dimensión pero se había criado en otra, una misteriosa alienígena que parecía proceder del futuro (misterio nunca aclarado) o un aprendiz de mago, descendiente de una antigua estirpe que debía reclamar el mítico poder del fenix. El problema era que ese poder estaba unido a otro miembro del grupo, una encantadora jovencita que no tenía la menor intención de entregárselo al nuevo miembro. Feron, que así se llamaba el sujeto en cuestión, enseguida se nos hizo antipático a los seguidores de la colección. Por aquella época, se publicó una entrevista con Alan Davis en la que revelaba que la editorial había recibido cientos de misivas de los lectores que decían: "odiamos a ese imbecil. Matadlo". Davis decía que no se iban a deshacer de Feron porque esa era la manera en la que se debía pensar sobre este personaje, ya que estaba creado para ser odioso. Del mismo modo creo que habrá que pensar a partir en Juanjo Sáez, pues justo unos días después de que nos librásemos de él, ya que se acabó su veraneo en El País, me lo encuentro en esta publicación. Por eso, habrá que aprender a tolerar sus viñetas del mismo modo que tolerábamos a Feron, pensando siempre que están hechas para ser odiosas.

P.S. Pienso mandarla relamente, no sé si me harán el menor caso, pero al menos me he quedado a gusto.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Me gusta Justin. ¿Qué hago, doctor?


Teno un problema gordísimo. Como el primer paso para superarlo es aceptarlo, he decidido contar cual es. Me gusta la nueva canción de Justin Timberlake. Uf, ya lo he soltado, qué peso me he quitado de encima. Je, je, siempre que veo u oigo a este pavo recuerdo a una compañera del instituto que era nada más y nada menos que la presidenta del club de fans de N Sync. ¿Qué quienes son N Sync? Pues el grupo en el que debutó el Justin. Los N Sync, que luego se hicieron algo famosos, aunque no mucho, en aquella época no eran más que una pálida imitación (nunca dejaron de serlo, en realidad) de los Backstreet Boys (que a su vez eran una copia de los Take that, que a su vez eran una copia de los New kids on the block, que a su vez...) y vendían muchos discos en Alemania (como Los del río) pero en el resto del mundo no los conocía nadie. Excepto esta chica y su grupito de amigas piradas, que se dedicaban a perseguir a los cantantes de poca monta que venían a promocionar sus discos a España en los aeropuerto y a las puertas de las emisoras de radio. Supongo que así se sentían realizadas, pero lo que aun no comprendo es por qué se empeñaban en perseguir a artistas cuyo éxito entre el público era escaso o nulo. Parecían sentir una furiosa admiración por la mediocridad. Cuando íbamos a clase se dedicaba a darnos la tabarra con los dichosos N Sync y su supuesta genialidad. Además, entre las integrantes del club de fans (que debían ser cinco, como los componentes del grupo) se habían decidido cada una a perseguir a uno de los miembros en concreto y a ella le había tocado Justin. Y no paraba de cantar sus alabanzas.
A mí me parecía un petardo, y me lo sigue pareciendo. Es un tipo que se cree un imitador aventajado de Michael Jackson y aun no se ha dado cuenta de que solo es famoso por acostarse con Britney Spears, por acostarse con Cameron Diaz y por haber mostrado al mundo una teta de Janet Jackson. Pero eso no quiere decir que su maldita canción no se me pegue como mi antigua compañera a sus grupitos de pacotilla.
Espero que se me haya pasado la semana que viene, porque si no, voy a tener que acudir a un profesional. No soy argentino ni Woody Allen y, aunque me da corte, ir a un psicólogo no puede tener nada de malo. Si te gusta esta clase de música, ¿puedes considerar que padeces un trastorno mental grave?. Como si te gusta trabajar. O las gallinejas. Glups, cada vez pinta peor. Voy a escuchar diez veces seguidas la 'Obertura 1812' de Tchaikovsky a ver si se me pasa.

jueves, 21 de septiembre de 2006

¡La Garbo vive!


Como ya se comentó en ocasiones anteriores, ver películas no sirve para nada. O para casi nada. En todo caso, los cinéfilos las vemos compulsivamente, sin apenas criterio, principalmente por egotismo. Pensamos que cuantas más películas veamos, más sabemos de cine y podremos fardar ante nuestros colegas. Por eso, vamos a la Filmoteca sin importarnos lo que se proyecte. Así pasa, que te tragas cada bodrio... Aunque, generalmente, siempre sacas algo, como si todas las películas tuviesen un valor oculto esperando a que un avispado espectador lo descubra. Ahora mismo asistimos a un ciclo llamado 'Voces de seducción', que confirma que los programadores tampoco tienen ningún criterio y se agrupan las cintas de forma absurda. Pero sirven para rescatar algunas películas en las que no habíamos reparado hasta ahora, como 'Margarita Gautier', también conocida como la Dama de las camelias. Mi malogrado profesor de Historia del cine decía que se consideraba a Greta Garbo una de las mejores actrices de la época. Supongo que era porque en la época se llevaba la excesiva teatralidad en las interpretaciones, todo lo contrario de la naturalidad que viene imperando desde el advenimiento del método Stanislavski. El caso es que la Garbo interpreta a la heroína de la novela de Dumas, una mujer de vida alegre (no exactamente una prostituta, aunque no deja de acostarse con hombres por dinero) que se enamora de un galán (un jovencísimo Robert Taylor) que no tiene un ochavo. Es un melodrama un tanto efectista con algunas secuencias brillantes, como aquella en la que el amante de la protagonista la fuerza a recoger su abanico cuando éste cae al suelo, lo que provocará un enfrentamiento entre sus dos pretendientes. Pero lo verdaderamente valioso de la cinta es la actriz. La Garbo es todo un enigma. No se entiende si su interpretación es buena o mala. Tampoco puedo precisar si es bella o no: a veces lo parece, pero otras, nos recuerda a un travestido. Sus exagerados ademanes son asimismo indiscernibles; cuando ríe, parece despedir una tristeza infinita y en su tristeza se remueve una fina ironía, como si el sufrimiento le causase más regocijo que espanto. No se sabe si en su interior se agita una gran inteligencia o si su alma es completamente frívola. El abrupto final no resuelve nada, nos deja la imagen de una fría estatua a la que torturaba un espectro de vida. Pero su risa, a la vez forzada y auténtica, permanece en la memoria largo tiempo, como la risa de un ángel o de un demonio.
El culto a la Garbo persiste hoy, aunque sus películas (excepto 'Ninotchka', la menos tópica) se hayan olvidado a medias. Pero solo hay que fijarse para constatar que, por ejemplo, la petarda 'Moulin Rouge' no es más que una versión posmoderna de esta historia tan vieja como las clases sociales. Los directores modernos también han reparado en estos apolillados pero sublimes melodramas. ¿Qué quiere decir todo esto? Nada, que ver películas no tiene sentido.
P. S. Peor es fardar de experto en cine y no tener ni puta idea: ayer estuve escuchando un concurso incluido en 'El séptimo vicio' en el que se batían un cinéfilo madrileño contra otro bilbaíno. La primera pregunta era '¿Qué película en la que intervenía Dennis Hopper protagonizaban Rock Hudson y James Dean (precisamente éste parte integrante de la santísima trinidad del método Stanislavski junto con Marlon Brando y Paul Newman)? A lo que el cinéfilo responde: ni idea. ¿Es de los años 70? Hombre, por favor, que James Dean la palmó en el 55 y por aquella época no había efectos especiales para resucitar a los actores muertos. Esta juventud...

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Amos no jodas

La regenta

Hola tengo 18 años, estoy cuatripitiendo cuarto de la ESO o primero de Bachillerato, no lo tengo muy claro porque el flequillo a lo huracanado o a lo Anasagasti en su defecto, no me deja ver el curso en el impreso que tengo que rellenar cuando mi padre me suelta el dinero para empezar el año escolar. Me compro ropita de Fornarina, joyitas de TOUS, me voy a la pelu a ponerme mechas y me paso por la Fnac para comprar un libro a mi amiga Chuchi que cumple años o tiene alguna celebración. Casualmente empiezo a rebuscar entre los estantes, veo a unos chicos que dicen que estamos en el estante de literatura española y de repente uuuupsssss me encontré con un libro: La Regenta andaaaaaa me suenaaaaaa de algoooooooooo, andaaaaaaaaaaaa Clarín pues sí que me suena síiii.

Hay una parejita al lado y la chica pone una cara rara y empieza a comentarle a su novio algo, lo mismo me están criticando… pero me da igual porque tengo un móvil última generación, un novio que lleva una bonita pulsera con la banderita de nuestra patria.

NOTA: Basado en hechos reales. No están puestos los nombres porque con quien iba no me dejó preguntárselo a la buscadora de libros.

domingo, 17 de septiembre de 2006

Guarra, puta y folladora


Los periodistas muchas veces se equivocan. A veces, la cosa es bastante obvia, como cuando en el telediario están hablando de las últimas declaraciones del Presidente del Gobierno y se cuelan unas imágenes de veraneantes en la costa brava. O como cuando Matías Prats se pone a dar berridos de este calibre sin venir a cuento (ojo a la cara de terror del de los bigotes). Pero otras veces, la pifia no es tan evidente. La sección de sociedad del periódico siempre es muy divertida, sobre todo en esos días en los que las noticias escasean, ya que, para rellenar, se incluye cualquier cosa. Veamos, el otro día me topé con un titular que decía así: 'Expedientado el juez que aconsejó a una pareja separada ir a la Iglesia'. Tú lo lees y piensas: vaya por dios, otro funcionario que confunde el culo con las témporas. Pero el periodista no se ha dado cuenta de que la parte realmente importante del asunto no es que el juez le indicase amablemente a la pareja en trámites de separación que acudiese a la iglesia para introducir en sus vidas "el espíritu de Jesucristo resucitado". No, lo gordo es que la pareja en cuestión estaba en el juzgado porque la mujer había llamado folladora, puta y guarra a la nueva compañera sentimental de su ex, amen de abofetearla y tirarla del pelo. Jesús, María y José, como está el patio. El caballero, con toda la razón, denunció a su ex mujer, pero el magistrado, muy amable por su parte, le indicó que en su matrimonio se había infiltrado "el maligno" (¡¡) y le había sumido en una situación de esclavitud porque "ahora cree que Dios no es amor". A ver si se cree el tipo este que la mujer, cuando le daba de tortas a la otra lo estaba haciendo porque pensaba que Dios es amor. Como al altísimo le de por fijarse en este país, la humanidad puede darse por condenada.
P.S. Matías, qué asco te tengo... Pero si no te despidieron por aquello, pierdo la esperanza de que lo hagan algún día.

jueves, 14 de septiembre de 2006

El zulo de Bernarda Alba

bernarda
Anita y yo hemos decidido poner toda la carne en el asador de una vez por todas. Por ello, a partir de ahora nos pondremos en serio a ahorrar y buscar un piso. Nada de lujos. Ni salir de copas, ni comprarse caprichitos, no sacar ni un euro del banco. O por lo menos eso fue lo que decidimos la semana pasada. Claro que el sábado fuimos al teatro. Me da a mí que la consecución de nuestras planes va para largo. Como siempre. Pues bien, el caso es que fuimos a ver 'La casa de Bernarda Alba', en un montaje que viaja desde el teatro más importante de Pamplona, el Gayarre hasta el Español, ese sitio tan bonito y tan público donde se ha montado un follón por culpa de Pepe Rubianes. Cuando llegamos, aparte de un calor insoportable, el telón estaba levantado y Bernarda rezaba el rosario, con sus hijas sentadas a su alrededor. De vez en cuando, la abuela aparecía correteando en segundo plano. El decorado era un simple código de barras. Era extraña aquella repetición incesante de la letanía de Bernarda, coreada por sus hijas, mientras el público se sentaba. Pero la intención era clara: advertir al espectador de que aquel hogar está regido por la monotonía, que todos los días eran para sus habitantes iguales entre sí. El despojar a la obra de cualquier identificativo que pueda enmarcarla en algun momento o lugar concretos realza el caracter universal de su argumento y personajes. Después del impactante final (que no voy a desvelar, ni siquiera a aquellos que conozcan el texto) queda la sensación de que estos hechos pueden ocurrir en cualquier casa, que todas las casas son la casa de Bernarda Alba. ¿Todas? Noooo. Como ya he dicho, nos hemos puesto a buscar piso. Bernarda Alba tiene cinco hijas, más su madre loca a la que encierra en un cuarto para que no le estorbe. Por lo tanto, su casa tiene que tener por lo menos una habitación. Los estudios están descartados. Se supone asimismo que no duerme en la misma habitación que sus hijas, por lo que también podemos borrar de la lista los apartamentos. ¿A que conclusión llegamos? A que ni Bernarda ni su familia hubiesen habitado jamás en un zulito de esos que ahora están tan de moda y que será a lo máximo que podremos aspirar un Anita y un servidor. Luego, por mucho que Lorca se propusiese ser universal, tan seguro como el pecado que no lo consiguió. Si es que la humanidad está condenada a vivir con sus padres hasta los 40 (con suerte).

sábado, 9 de septiembre de 2006

¿Gordo o delgado?

Me encanta la paradoja: mientras unos advierten sobre una posible epidemia de obesidad otras se quedan sin trabajo por estar demasiado flacas. Con los libros pasa lo mismo. Algunos defienden que las mejores lecturas se encuentran encerradas en los volúmenes de cientos de páginas. Pero ya se sabe, el refrán dice que el perfume se guarda en frascos pequeños. Claro que también el matarratas.
No soy un estudioso de la literatura. Si lo fuese, no perdería aquí mi tiempo y escribiría una tesis sobre los libros gordos frente a los delgados. Observando las novelas publicadas en las últimas, pongamos por caso, tres décadas, se puede llegar a la conclusión de que, mientras los escritores norteamericanos se esfuerzan en superar las 500 páginas, la mayoría de los europeos (Europa es muy grande y tampoco he leído tanto) apenas superan las cien. Autores como Philip Roth, Michael Chabon o John Irving pueden escribir mil páginas sin inmutarse. En cambio, los de este lado del atlántico tienden a la concrección. Ejemplos: 'El amante', de la Duras, 'Sostiene Pereira', de Tabucchi o 'Un tranvía en SP', de Elorriaga, por citar algunos que he leído en los últimos meses.
No me meto en si tal o cual es mejor o peor, que cada uno saque sus propias conclusiones. Tampoco sé qué significa esta contradicción, pero si alguien tiene la respuesta, que avise.

P. S. Para contradecirme a mi mismo una vez más, estoy leyendo una novela europea bien gorda, aunque es de los años 50. Se trata de 'No soy Stiller, de Max Frisch y empieza así:

- ¡Yo no soy Stiller!
Día tras día, desde mi llegada a esta cárcel, que más tarde habré de describir, lo digo, lo juro e insisto en reclamar whisky, sin el cual me niego a hacer ninguna declaración. Porque sin whisky, lo sé por experiencia, no soy yo mismo, sino que tengo tendencia a sucumbir a todas las buenas influencias posibles y a representar un papel, que a ellos quizá les pareciera bien, pero que no tiene nada que ver conmigo. Porque en la situación absurda en que me hallo (me toman por un ciudadano de su pequeña localidad, desaparecido), lo único que importa es no dejarme influir por lo que digan, estar alerta frente a todos sus amables intentos de meterme en una piel ajena y mantenerme incorruptible hasta llegar a la grosería, si es preciso, digo: puesto que lo único que importa es no ser otro que el individuo que, por desgracia, soy en realidad, no cesaré de reclamar a gritos que me traigan whisky, cada vez que alguien se acerque a mi celda.

Este estupendo es una recomendación de Anita, asimismo acreditada como autora de este blog, pero que hace ya meses que no se pasa por aquí. ¿Dónde estás, Anita?

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Suri Cruise Holmes

Suri
Suri no existe, eso está más que claro. A ver ahora como explican lo de las fotos. Yo creo que Annie Leibovitz ha cogido un nenuco y lo ha retocado con Photoshop. Pero se admiten otras apuestas.

lunes, 4 de septiembre de 2006

Rita Mitsouko Vs Monsieur Gainsbourg

¿Te has preguntado si los famosos de otras latitudes se comportan como los nuestros? ¿Si tienen las mismas peleas bochornosas y absurdas? Si la respuesta es no, enhorabuena, eres una persona normal. Si la respuesta es si, no me extraña que leas este blog.
La respuesta a tan trascendental cuestión se encuentra en las siguientes lineas.
Les Rita Mitsouko son un duo francés que lleva en la música pop desde los años 80. Sus canciones son brillantes e infecciosas, debido en gran parte a la personal voz de Catherine Ringer. Se puede comprobar, por ejemplo, en este vídeo que les hizo Mondino de su tema 'C´est comme ça'.




Pues bien, la Ringer resulta que, en su juventud, había rodado unas peliculitas de alto contenido erótico. Pelis guarras, para entendernos. Resulta que esta chica coincidió en un programa de la tele con Serge Gainsbourg, uno de los cantautores más famosos del país vecino e ídolo de todo moderno que se precie. Gainsbourg, que tenía una boca muy sucia, le soltó a la chiquilla que aquello de hacer cine porno era como ser una puta. Ella le contestó que para nada. Él siguió en sus trece diciendo que, aunque no fuese una puta, lo que hizo le parecía asqueroso. Ella replicó que él sí que era asqueroso. Él no quería otorgarle a ella la última palabra, así que le espetó que además de asquerosa, era imbécil. Y ella zanjó el asunto diciendo vale, soy asquerosa e imbécil, si tu lo dices. Acto seguido los dos se descojonaron.



Qué grima dan ambos, ¿no? La respuesta a la pregunta arriba planteada es sí: los famosos franceses, al menos, tienen las mismas peleas bochornosas y absurdas en la tele que los patrios. ¿Alguien se había planteado una respuesta distinta?