lunes, 27 de marzo de 2006

Notorious

Para clasificar la notoriedad se pueden establecer diversas categorías. Es un atributo que se puede adquirir por ganar un premio literario o por recibir una paliza.
Por un lado está la inefable Aída Nizar: de profesión, contertulia. Como muchos de estos profesionales del pressing catch verbal, saltó a la fama con "Gran Hermano", un programa-concurso-estudio sociológico que era en realidad un casting de nuevos talentos para amenizar los soporíferos programas del corazón, que desde su advenimiento se han convertido en una sucesión de acusaciones, contraacusaciones, falsos testimonios, calumnias, gritos, insultos y alguna que otra lágrima. El último numerito de la Nizar ha sido el de los lloros. En su más reciente y apoteósica intervención en un espacio de esta índole, la muchacha relató una espeluznante historia: mientras paseaba tranquilamente por su ciudad natal una banda de adolescentes iracundos la rodeó mientras le gritaba improperios del tipo "puta lesbiana" o "no tienes tantos cojones como en televisión, cobarde". Presa del pánico, la estrella catódica corrió a refugiarse en una perfumería, de la que salió cuando vio que el grupo se alejaba. Craso error, pues los jovenzuelos regresaron y el cabecilla le arreó un bofetón que le perforó un tímpano y la envió al suelo. Los agresores, dándola por muerta, se marcharon diciendo: "no vas a ser la única, lo mismo les va a pasar a Mila Ximénez, Chenoa, Jorge Javier Vázquez y Lydia Lozano". Qué fueeerrrtee. Pero Aída se recuperó y al día siguiente ya estaba en "A tu lado" para contarlo todo. Previo paso por caja, claro.
En el otro extremo, el regreso de la escritora Lluisa Forrellad, que ganó el (por aquel entonces) prestigioso Premio Nadal con su primera novela, "Siempre en capilla" en 1953. El éxito la desbordó y decidió dedicarse a cultivar el silencio durante los siguientes 50 años. No abandonó la escritura, como Salinger o Rulfo, pero guardaba lo que escribía en un cajón y se dedicaba a vivir la vida, como si la fama fuese una especie de muerte. Pero volver a publicar después de cinco décadas es un hecho cuando menos, notorio.
En nuestros días, el concepto de fama está tan mezclado con el de éxito que apenas se pueden separar uno de otro. No es nada malo intentar conseguir notoriedad, pero, dependiendo del tipo de fama que desees, puede provocar que te merezcas una paliza.

Joy in television

La red es como una enorme megápolis. Cada navegante habita su pequeño espacio y visita aquellos que les son más cercanos. Así como todos vamos a comprar el pan en la panadería de la esquina por comodidad, aunque el pan no nos entusiasme y prefiramos el del Carrefour, al cual sólo vamos los sábados tarde, muchas personas leen a Javier Pérez de Albéniz en vez de leer a la nunca bien ponderada Rosa Belmonte.
Como muchos internautas, la primera página que leo es El Mundo, supongo que por costumbre. Existen otros periódicos y portales informativos pero éste es el más familiar. En este sitio escribe Pérez de Albéniz, un crítico un tanto obvio y con muy mala baba. Pero ceñirse a las tiendas del barrio puede hacer que sacrifiquemos la calidad en aras de la comodidad.
Me gusta le televisión, no la veo mucho, pero me gusta. A pesar del tono apocalíptico que usamos cuando nos referimos a ella, existen cosas que pueden salvarse de la quema: series (Los Simpson); informativos (Ruedo ibérico); programas de entrevistas (El loco de la colina); espacios culturales (Miradas 2) o humorísticos (Humor amarillo).
Los escasos críticos catódicos de este país tienen un denominador común: no les gusta la tele. Es más, la odian. Esta situación es inimaginable en otras áreas, no existen críticos de cine que aborrezcan el cine ni críticos literarios que desprecien la literatura. Pero hay una excepción (quizá la que confirma la regla): Rosa Belmonte, que además de ser una entusiasta de las 625 lineas, es una escritora amena, divertida y con unos recursos casi infinitos. Por eso, a todo viajero que pare por aquí, desde mi humilde morada le aconsejo: lea "El descodificador", pero deténgase también en "Enciende y vámonos", aunque esté peor comunicado y haya que caminar un poco más lejos.

sábado, 25 de marzo de 2006

Británica turbiedad

El primer comic de superhéroes que compré fue el número 7 de Excalibur. Los dibujitos, por los que quedé obnubilado, eran de un tal Alan Davis. Desde aquella infernal aventura, he seguido casi con fervor religioso todo lo que ha hecho.
Este autor británico ha pasado por infinidad de colecciones, algunas mediocres, otras sublimes. En la contrapartida inglesa de los X Men ilustraba los guiones dio muestras de su talento otorgando a cada personaje un aspecto acorde con su personalidad. Rondador nocturno se parecía a su ídolo cinematográfico, Errol Flynn o Kitty Pride tomaba prestado su aspecto de una joven Katharine Hepburn. Esta colección supondría su primer trabajo como guionista, tras la marcha de Chris Claremont, y su primera obra magna, desarrollando en una saga las que se convertirían en sus constantes como autor: aprovechar los cabos sueltos que dejaron anteriores escritores para ofrecer una aventura épica en la que los héroes acababan salvando al multiverso de su inevitable destrucción. Además, tensiones entre los miembros del grupo que amenazan con estallar en el momento álgido del asunto. En estos números, el Capitán Britania rompía una pierna a Rondador porqué sentía celos de su relación con Meggan, pero ésta rechazaba a ambos para encontrarse a sí misma, acompañada por Fénix, que no recordaba su pasado, mientras Kitty aprovechaba la ausencia de esta para intentar ligarse a Alistaire, que...
Después de su abandono de la serie realizaría su creación más personal, Clan Destine, la historia de una familia en la que sus miembros viven varios siglos y están dotados de poderes fantásticos. Los Destine no llegaron a salvar el universo pues Mr. Davis los abandonaría en el octavo número. La franquicia mutante es traicionera: los editores quisieron incluir la colección en su entorno y consiguieron que su creador se marchase escaldado de la editorial. Los personajes volvieron en un especial en el que aparecían junto con la Patrulla X. En esta ocasión sí salvaron al mundo entero, pero quedaron muchos misterios sin resolver. Esperemos que se aclaren algún día, sobre todo el concerniente a Vicent, la oveja negra de la familia, asesinado por su propio padre.
Y llegamos a mi favorito, JLA: El Clavo. En una dimensión alternativa, por culpa de un simple clavo, la tierra se queda sin su mayor campeón, Superman. La Liga de la Justicia, sin su miembro más poderoso, debe hacer frente a una humanidad que teme y odia a los superhéroes.
Este mes se ha publicado en nuestro país la segunda parte. Para este regreso, el autor aprovecha los cabos sueltos que había dejado sin atar. Algunos dirán que la secuela es innecesaria, pero el artista inglés no ha querido dejar hilos pendientes en esta continuidad que ha creado. Esta obsesión queda patente en la entrevista que se incluye al final del volumen: "creo que los lectores pierden interés por los personajes que están constantemente cambiando para satisfacer las limitaciones del nuevo equipo creativo o sus egos". De acuerdo, la historia es confusa debido al gran número de personajes, escenarios y lineas temporales que se entremezclan, pero Alan Davis demuestra su maestría aprovechando esta turbiedad en su propio beneficio. Y el retorno se justifica por si solo, pues los héroes deben cumplir su inevitable destino: efectivamente, salvar el universo.

miércoles, 22 de marzo de 2006

Razones para odiar a Blair

Continuamos con nuestra inconstante sección dedicada a gatos célebres, en esta ocasión con una noticia triste. Humphrey ha muerto. ¿Qué quien es Humphrey? Pues nada más y nada menos que el gato más famoso de la Gran Bretaña, un minino que recogió del arroyo la mismísima Margaret Thatcher a finales de los ochenta y que desde entonces ha vivido intermitentemente en el número 10 de Downing Street. Pese a lo que pueda parecer de primeras, debe su nombre no a Bogie sino a un personaje de una vieja serie inglesa, "Si, primer ministro". El animalito acabó con unos petirrojos durante el mandato de John Major, por lo que la oposición intentó quitarlo de en medio. Cuando los laboristas se instalaron en el poder, decidieron que Humprhey se la iba a cargar.
Todo el mundo sabe que los gatos son mucho más inteligentes que los políticos, pues son mucho más taimados y crueles y se expresan mejor que la mayoría. Por eso, Tony y Cherie decidieron sacárselo de encima, a ver si les quitaba el puesto. Como excusa alegaron que a ella no le gustaban los gatos. Toma, como si a los gatos les gustasen los humanos. Viven con nosotros por pura y simple comodidad. Así que lo jubilaron en casa de un funcionario y todos tan contentos. Tony debió pensar que si el bicho había hecho lo que había hecho a los pobres pájaros imagínate qué planes tendría para Sadam Hussein si llegaba al poder. El problema sería los encuentros internacionales: aun no hay traductores gato-francés o gato-español. Si no fuese por este tecnicismo, se hubiesen enterado los Blair. Humphrey se hubiese hecho rápidamente con la hegemonía global.
Recordad al gatito en vuestras oraciones y rezad también para que Blair no aguante otro mandato. Si los conservadores presentan un gato en las próximas elecciones arrasan de fijo...

martes, 21 de marzo de 2006

Bajo el signo de Capricornio

Las historias de amor estable y duradero son mejores para la vida real. Por eso prefiero "Atormentada" a "Luz que Agoniza". Ambas comparten a la pareja Ingrid Bergman-Joseph Cotten, pero mientras la primera es un tonto melodrama de misterio en el que los actores apenas comparten un par de escenas, la segunda es un romance mucho más intenso, pues los amores nacidos bajo el signo de capricornio siempre son tormentosos. Alfred Hitchcock, que a pesar de su fama de tétrico rodó varias obras maestras sobre el amor, debió pensar en la química entre ambos intérpretes y decidió volver a reunirlos. Ingrid Bergman era la megaestrella de la década de los 40 (algo así como la Nicole Kidman de la época) y Joseph Cotten uno de los galanes más cotizados. Ambos habían trabajado ya con el director inglés, que volvió a su tierra natal para rodar esta lujosa superproducción, suerte de mezcla entre "Rebeca" y "Cumbres borrascosas", una decimonónica historia de romanticismo exaltado ambientada en la inhóspita Australia.
La presentación de Henrietta Flusky es una de las mejores de la historia del cine: después de anunciar su indisposición, su marido siente unas leves manos que se posan sobre sus hombros. La cámara asciende lentamente hasta descubrir el rostro de la protagonista, un rostro obnubilado por la bebida. La Bergman, que sólo quería hacer obras maestras, debía considerar un reto los personajes alcoholizados, pues ya aparecía borracha en su anterior trabajo con Hitch, "Encadenados". Henrietta ha bajado a anunciar que hay una rata en su habitación, pero su temblor no es producto del miedo sino de una contundente intoxicación etílica. Su marido la contempla con vergüenza y hastío. Antes se amaban. Antes...
Como buena obra de contenido social, el romance entre esta chica de buena familia y un mozo de cuadra no puede salir bien. A lo largo de la narración se suceden sospechas de infidelidad, intentos de envenenamiento, extrañas visiones, dudas y enormes sacrificios en nombre del amor. El edulcorado final, una cierta teatralidad y unos diálogos alargados hasta la extenuación malogran en parte un film que podría haber sido una obra maestra indiscutible y que se queda en una de las veinte mejores pelis de Hitchcock.
Una pena que Bergman y Cotten no se casaran en la vida real. Él contrajo un par de matrimonios estables y duraderos y ella prefirió vivir una historia de amor digna del cine, abandonando a su marido para irse a vivir a Italia con el director Roberto Rosellini, escandalizando al mundo entero. Más tarde volvería a Hollywood, pero esa es otra historia.

lunes, 20 de marzo de 2006

Volver

Almodovar ha vuelto a sus mujeres. Después de haber dedicado a los hombres sus dos últimos trabajos, regresa a un género que conoce mejor. Ahora, Almodovar arrincona a los hombres de "hable con ella" y "La mala educación" en una habitación en el velorio de "Volver" para centrarse en la sala de las mujeres.
La narración está conducida por Raimunda, personaje para el que Penélope Cruz (Pe, preciosa, te has puesto tetas y morros; no lo niegues, te quedan genial) ha mimetizado las maneras de actrices italianas de los años 60: las curvas de la Loren, los modales de la Mangani y la descarada sofisticación de Monica Vitti en "La noche". Raimunda retorna a su pueblo natal desde su residencia madrileña, el primer retorno de los muchos de la cinta, el más importante al pasado. Su origen humilde es determinante. La protagonista dice en un momento de la película: "Si somos una familia pobre, nos comportaremos como una familia pobre". Una de las trampas de la clase media es mantener las apariencias: que se llega a fin de mes, cosa que raramente sucede y que la propia existencia se circunscribe a los límites del concepto de normalidad. Pero en todas las casas se trata de esconder determinados retazos del pasado, retazos que se transforman en secretos, en fantasmas que nos acechan en las esquinas oscuras de nuestra existencia. Pero acaban apareciendo de improviso en el presente para recordarnos que siempre debemos volver.
El terror y la comedia se entremezclan en esta sátira en la que se alternan los espacios rurales con los urbanos, los muertos con los vivos, y los cuentos de fantasmas con la crítica social, destacando el feroz ataque a la telebasura.
Almodovar vuelve a una cierta comedia, vuelve a los elementos de sus cintas de los 80 (personajes surrealistas, humor grueso, referencias a clásicos del melodrama y el suspense), vuelve a sus actrices fetiche y consigue volver a hacer buen cine. Incluso coloca los títulos de crédito al final (no estoy desvelando nada: si los créditos no aparecen al inicio es que saldrán después de la palabra FIN) pues sabe que la mejor conclusión es volver al principio.

jueves, 16 de marzo de 2006

Listados imposibles (II)

- Pues... Ariadana Gil.

- No es una mala elección, yo había pensado en Maribel Verdú.

- Mi personaje favorito es el de la antigua ejecutiva que tiene un montón de hijos...

- Lynette, este papel le iría perfecto a Isabel Ordaz o Adriana Ozores.

- Son muy buenas actrices, pero le viene como anillo al dedo a Amparo Larrañaga.

- Demasiado guapa, creo que haría mejor de Bree.

- ¿Quién es esa?

- La psicópata del orden: Ana Duato sería la elección perfecta

- ¿Y Kiti Manver?

- Demasiado mayor

- ¿Y para la jovencita sexy?

- Aquí empiezan los verdaderos problemas. A las actrices españolas les falta sexapil. Marta Etura o Leticia Dolera están bien pero no son suficientemente sexys.

- Yo me quedo con Irene Visedo o Pilar López de Ayala.

- Muy sosas para el papel ¿No le parece?

- Quizá...¿Quién nos queda?

- Edie, el zorrón.

- No se me ocurre nadie...

- ¿Lo ve? Andamos escasos de actrices realmente espectaculares. Nuestras figuras más reconocidas son mujeres como Candela Peña, Carmen Maura o Victoria Abril...

- Quizá Yola Berrocal teñida de rubio...

- Esta terapia no me está ayudando nada, doctor

- Pues lo siento, porque el tiempo de esta sesión ha finalizado. Le veré la semana que viene...

- Vaya...

martes, 14 de marzo de 2006

Listados imposibles (I)

- Mi problema, doctor, es que me apasiona hacer listados, y los hago de forma compulsiva. Listados de todas clases, pero sobre todo de personas, a las que clasifico de las maneras más diversas: actores que se suicidaron, escritores que no saben conducir, cantantes que fueron madres antes de los 30... Algunos son muy fáciles; otros, casi imposibles. Además, siempre hago varios a la vez, con lo que los miembros de una lista se me traspapelan frecuentemente a otra... He llegado a hacer un listado de famosos a los que les gusta hacer listados: Georges Perec, Roberto Bolaño, Bridget Jones... Mi mente no puede parar un momento y ya no puedo concentrarme en nada más. ¿Cree que podrá ayudarme?

- Me parece una costumbre curiosa y no un problema grave ¿Desea perderla definitivamente?

- Si, doctor, esta manía no me deja dormir y mi novia amenaza con abandonarme si no dejo de clasificar a sus amigos por gustos literarios o enfermedades venereas...

- Veamos..¿A que listado le daba vueltas antes de entrar a la consulta?

- Pues... Estaba pensando en el reparto de la serie "Mujeres desesperadas" si la hiciesen en España... ¿La ha visto alguna vez?

- Si, me gusta, pero ese listado es muy extraño...

- Oh, no, que va, se trata de componer un reparto alternativo. Piense un poco. No es tan fácil como en el suponer que se hiciese en Francia, donde abundan las actrices encantadoras: Françoise Fabian, Geraldine Pailhas, Virginie Ledoyen, Marion Cotillard...

- ¿Aquí son peores las actrices?

- Tienen menos encanto, piense, por ejemplo, quien podría hacer el papel de Susan, la protagonista

- ¿La que tiene una hija?

- Esa misma

(Continuará...)

lunes, 13 de marzo de 2006

Test para saber si perteneces al mal

¿Cómo llegar a un lugar en el que no has estado antes? Fácil, consultando un mapa. Los mapas más utilizados en la red son los buscadores, que dirigen a los navegantes a sitios que andaban buscando. O no. El principal problema es que los destinos son un tanto raros. Las consultas más frecuentes son del tipo "Pepe Navarro follando" (¿qué clase de persona puede querer ver algo así?), "fotos de la siempre guapa Kelly Clarkson", "fotos porno de las chicas de Embrujadas la serie", "Chenoa sin sujetador" o "chico adolescente con brackets Madrid", pues la gran mayoría de los internautas tienen entre sus principales aficiones la masturbación. Aunque, en ocasiones, estas busquedas aparentemente sin sentido adquieren un matiz inquietante. Por ejemplo, alguien ahí fuera busca el "test para saber si perteneces al mal". ¿Existe una serie de preguntas que sirven para determinar la filiación al mal? Primero se deberá determinar qué es el mal, ¿es una especie de secta? ¿o es una organización ultrasecreta, como los masones? En principio, es lo opuesto al bien. Pero pertenecer al mal no tiene por qué ser necesariamente algo malo. Quizá el ser humano es en esencia malvado, pero tiende hacia el bien, por lo que todos sin excepción pertenecemos al mal. O a lo mejor se es malvado como se puede ser religioso, simplemente teniendo fe.
Susan, el personaje que interpreta Teri Hatcher en la serie Mujeres desesperadas, le pregunta a Edie (la recauchutada Nicolette Sheridan): "¿crees en el mal?", a lo que Edie contesta: "Claro, trabajo en una inmobiliaria".
Es posible que el mal se pueda cuantificar. Si vas añadiendo maldades a tu curriculum, acabarás ingresando en esta selecta organización. Todos hacemos cosas malas todos los días y todos somos candidatos. Ahora sólo hay que resolver una cuestión: ¿Cuantas y cuan graves han de ser las maldades que se perpetren?
Obviamente no dispongo de este apasionante test, pero si alguien lo tiene, por favor, que me lo haga llegar.

jueves, 9 de marzo de 2006

Microcuentos

Ha vuelto Espéculo. Es una revista electrónica de estudios literarios que edita Joaquín Aguirre, un señor que usa unas corbatas imposibles y fuma en pipa. Fue mi profesor en la facultad en dos ocasiones: Literatura universal y una críptica asignatura llamada Textualidad Digital. En aquellas fantabulosas clases, en las que aprendíamos a usar los rudimentos de la web, nuestro profe aprovechaba para hacer propaganda de su revista. Desde aquellos días me aficioné a esta publicación y siempre espero con ligera ansiedad que aparezca el siguiente número (tres meses se hacen muy largos). Vale, es un poco densa (los que escriben son catedráticos y demás gente pedante), pero siempre hay algunos artículos interesantísmos. En serio. En este caso, me ha gustado especialmente el titulado "La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas", que analiza someramente los cuentos de menos de 40 palabras, ofreciendo una selcción de los mismos. Después de echarle un largo (que paradójico) vistazo, me quedo con:

- “Tú y yo”
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor. MARCO DENEVI

- “El dinosaurio”
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. AUGUSTO MONTERROSO

- “Cien”
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.
JOSÉ MARÍA MERINO

- “Cuento de horror”
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones. JUAN JOSÉ ARREOLA

- “Pájaros”
Las ramas se poblaron de pájaros. Sonó un disparo y el árbol cayó pesadamente. CÉSAR ANTONIO ALURRALDE

- “Graffiti”
Es fácil juntar de nuevo a Los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos.
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM

- “Fundición y forja”
Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad. JAIRO ANÍBAL NIÑO

- “Motivo literario”
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas. MÓNICA LAVÍN

martes, 7 de marzo de 2006

La muerte y Mariposa

Hace tiempo existía una colección de comics titulada "What the?" en la que se narraban historias de los superheroes clásicos de Marvel desde la perspectiva del humor absurdo, próximo al de películas como "La vida de Brian". Al igual que esta cinta, los relatos escondían a veces intenciones muy serias. En las breves páginas que ocupaba el titulado "Fiesta Mutante Playera", el habilidoso guionista Kurt Busiek aprovechaba los personajes de las series X para reflexionar sobre la condición mutante. Una de las escenas más desternillantes es la aparición de El Menhir, un gigantesco mutante loco iraní que ha descubierto el catalizador que hace que las series de mutantes vendan como churros: la muerte. En la actualidad estos tipos palman a la mínima, cogen un resfriado y se van al otro barrio. La muerte ya no hace que suban las ventas, sino que se mantengan.
Después de varias décadas y de guionistas poco imaginativos que hacen avanzar las tramas a través de golpes de efecto, la otra gran constante ha sido la resurrección. Todo el mundo acaba volviendo, por muy dramático o justificado que estuviese su final. La última en regresar de su viaje por el otro lado ha sido Mariposa mental. El mes pasado retornó nuestro querido Coloso y el que viene... No lo digo, por si chafo la sorpresa.
Mariposa mental es un gran personaje totalmente desaprovechado en los últimos años. Betsy Braddock comenzó siendo una pija inglesa que tenía un hermano superheroe, nada menos que El Capitán Britania. Trabajó esporadicamente como modelo, aunque luego se descubrió que este curro era una tapadera para ejercer como agente secreto al Servicio de Su Majestad. Y es que la muchacha tenía unos poderes mentales alucinantes, que no pudieron evitar que el villano de turno le arrancase los ojos, sustiuídos entonces por prótesis biónicas. Más tarde se uniría al grupo de mutantes proscritos más molón, La Increible Patrulla X, muriendo con ellos en Dallas (su primera vez) en el transcurso de la gloriosa saga "La caída de los mutantes". Pero no estaban muertos, noooo. En "Fiesta Mutante Playera" Lobezno le pregunta a Betsy "¿a donde van los mutis cuando mueren?", y ella responde, "a Australia". Y allí que se fueron. Después de varias idas y venidas, la chica se hartó de vivir en el desierto y aceptó la oferta de Roma la superdiosa, que le dijo que si pasaba a través de un agujero místico llamado el Portal Peligroso, su vida comenzaría de nuevo en un lugar muy lejano a cambio de perder la memoria. Mariposa acabó en Madripur, país imaginario gobernado por La Mano, una misteriosa organización que, aprovechando su amnesia, la recogió y la transformó en una superasesina ninja. Al final escapó del control de malos y, convertida en una oriental hipersexy, se reintegró en los reformados X Men. Desde entonces, las cosas que le pasan son menos interesantes: descubre que ha cambiado de cuerpo, se lía con Arcangel, tontea con Cíclope (que mal gusto), se enrolla con Ave de Trueno y muere de nuevo. Hasta hoy. Mariposa ha regresado otra vez de Australia para regocijo de los fans y espanto de aquellos que piensan que los comics de superheroes no son algo serio porque la gente resucita sin parar. Y qué, si volverá a morir el año que viene. Con tal de que acabe volviendo...

lunes, 6 de marzo de 2006

Aunque pueda parecer lo contrario

Aunque pueda parecer lo contrario no creo en los Oscar. La Academia de cine de Hollywood tiene tanto criterio como puede tenerlo la española. Aunque los yankis gastan más dinero y eso se nota en la organización: alfombra roja, reparto de chocolatinas, premios bañados en oro y no como aquí, que te dan un sujetalibros...
Aunque pueda parecer lo contrario, los que votan a estos premios no tienen mucho criterio. El tiempo ha puesto de relieve las injusticias que han cometido con el paso de los años.
Aunque pueda parecer lo contrario directores como Alfred Hitchcok, Stanley Donen, Charles Chaplin, Blake Edwards, Martin Scorsese, Stanley Kubrick o Robert Altman no han ganado ningún Oscar, aunque la Academia ha intentado enmendar sus errores concediéndoles premios honoríficos a la mayoría (Scorsese aún tiene alguna posibilidad y Kubrick se murio tan repentinamente que no les dio tiempo).
Aunque pueda parecer lo contrario entre los intérpretes que nunca han conseguido la preciada estatuilla se cuentan Lauren Bacall, Cary Grant, Greta Garbo, Deborah Kerr, Richard Burton, Ava Gardner, Robert Mitchum o Kirk Douglas, pero lo peor es que actores como Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Robert Taylor, Glenn Ford, Kim Novak, Joseph Cotten, Tyrone Power o Maureen O'Hara ni siquiera fueron nominados. En casi todos los casos, el Oscar honorífico ha brillado por su ausencia.
Aunque pueda parecer lo contrario estas flagrantes omisiones no afectan soloamente a las categorías de interpretación. El músico Alex North (nominado en 14 ocasiones) y el director de fotografía Gordon Willis (autor de la excelente iluminación de "Manhattan") son buenos ejemplos.
Aunque pueda parecer lo contrario volveré a tragarme la gala el próximo año. Por último, aunque pueda parecer lo contrario por mi acritud, he ganado la porra. A ver si, despues de todo, no es tan malo el tio Oscar...

viernes, 3 de marzo de 2006

Los Oscar son el domingo y aún no sé que ponerme

Lo he vuelto a hacer. A pesar de que me juré no reincidir, así ha sido. Mis compañeros de curro han a organizado una porra, en esta ocasión para los Oscar y he vuelto a tropezar con la misma piedra. Humano que es uno. Seguramente perderé de nuevo. Pero esta vez he hecho trampa (espero que nadie del trabajo lea esto). La de los Goya la rellené a voleo, pero con esta pensé que podía pedir a yuda a San Google. Internet debe servir para algo más que para escribir chorradas. Básicamente he copiado las predicciones de The Film Experience, una web muy entretenida, aunque cómo no me inspiraban mucha confianza sus favoritos en cuanto a los cortometrajes, consulté otra página que encontré y que ya no recuerdo (pero me pareció fiable).
Esto de las apuestas en los Oscar es una mierda: si te guías por tu intuición, fallas, si te guías por lo que pasó en años anteriores, fallas, si te guias por lo que dicen los críticos, fallas. Y no se te ocurra dejarte llevar y votar a tus ídolos. El año de la inefable "Titanic", la Fnac organizó un sorteo en el que sólo había que votar a las categorías principales. Acerté en todas, excepto en la de mejor actriz. La obvia ganadora fue Helen Hunt, pero tuve que dencantarme por Helena Bonham Carter, nominada por "Las alas de la paloma" y de la que andaba prendado por aquellos días. Craso error. Este año he pasado de mis favoritos y he ido a lo seguro. Cometo así injusticias como elegir a los vaqueros gays en vez de la cinta de Clooney o a Rachel Weisz en lugar de la estupenda Catherine Keener. Todo sea por la pasta, aunque con lo que gane apenas pueda pagar un par de entradas de cine. El lunes saldremos de dudas. Suerte a todos que apostaron, la necesitarán.

jueves, 2 de marzo de 2006

Roncagliolo

Hay dos tipos de escritores que publican en Alfaguara: los que son columnistas de El País y pasan a publicar sus novelas en la editorial y los que publican en la editorial sus novelas y pasan a ser columnistas de El País. En el segundo supuesto encaja Santiago Roncagliolo, ganador del IX Premio Alfaguara de Novela con "Abril rojo". Esto le convierte automáticamente en uno de los protegidos del todopoderoso Imperio Cultural Prisa.
No he leído la aclamada "Pudor", aunque me gusta la portada y uno de los protagonistas es un gato. Los novelistas suelen usar animales en sus narraciones, la regla de Hitchcok se la pasan por el forro. Claro, no es lo mismo intentar que el minimo se esté quieto para filmarle que escribir sobre él. A lo que iba, el tipo este tiene todo lo que hay que tener para convertirse en el enésimo fenómeno literario de la temporada. En estos días extraños en los que se supedita el talento literario a la imagen y la publicidad, este peruano lo tiene todo para tirunfar : un aparato publicitario monstruoso a sus espaldas y un aspecto joven y atractivo, que atraerá sobre todo a aquellos que leen sólo lo que les venden.
El diario de Polanco, of course, sacó la cosa en portada. El mismo día se otorgaba el Salambó, otro premio que, vale, no tiene dotación económica, pero tampoco lo respalda una editorial, por eso me parece más justo (todo lo justo que puede ser un premio).
En el artículo del interior se habla someramente de la trayectoria vital y literaria de Roncagliolo, señalándose su agitadísima peripecia existencial en contraste con su juventud. En su Lima natal trabajó como periodista (otro; acaba de columnista de la última página, fijo), escribió culebrones (como Boris Izaguirre, un escritor a reivindicar), tradujo literatura gay (¿que idioma es ese?), vivió en México, se lió con una brasileña y se vino a España con lo puesto (no sé si esto fue antes o después de lo de la brasileña) donde un amigo hippy o punky, no me enteré bien, le inscribió como limpiador del hogar para que obtuviese el permiso de residencia (el qué escribe el artículo debe estar acostumbrado a tratar exclusivamente a las altas esferas literarias, porque los inmigrantes no escritores esto lo hacen constantemente).
Pues yo he trabajado en un Burger King y no intento convencer a nadie de lo apasionante que es hacer hamburguesas, que pasa. Claro que no he ganado el Premio Alfaguara... En fin, será envidia. Enhorabuena.

miércoles, 1 de marzo de 2006

Televisión Española no quiere tríos

Pobre Rosa. Pensó que iba a ser una Whitney Houston más gorda o una Aretha Franklin más delgada, pero ha resultado ser una vulgar one hit wonder. Después de soportar las rudezas de los miembros del jurado de OT (no muy estoicamente, la verdad), ahora participa en otro concurso televisivo, el inefable Mira quien baila. Eso es competencia desleal, pues a ella ya le enseñaron a bailar en la academia de Nina. No debería desperdiciar una voz como la suya, de esas que (le tomo la expresión prestada a Diego A. Manrique) hacen que la gente diga como "esta tía canta que te cagas" . En vez de hacerle mover su grueso esqueleto Televisión Española podría haberla mandado a atronar a los teleespectadores del viejo continente por segunda vez. Si Conchita Bautista lo hizo porque no ella.
Pero después de promover una parodia de democracia, TVE ha vuelto a instaurar la dictadura, decidiendo unilateralmente quien acudirá como representación patrio al Festival de Eurovisión. Parece ser que los candidatos eran David Civera (que hubiese reincidido), Chenoa (buuuu), Azucar Moreno (demasiado viejas) y Las Ketchup. Como las hijas de Tomate vendieron discos allende nuestras fronteras y el título de su canción es en ingles, han sido las afortunadas (?): mostrarán su arte para las coreografías megachonis que ya popularizaron con su anterior hit, el glorioso "Aserejé".
Las concursantes de la pasada edición, las esotéricas Son de Sol (¿alguien se acuerda de ellas?), estuvieron a poco de quedar las últimas. Si hubiesen mandado a Las Supremas de Móstoles esta hecatombre no hubiese ocurrido. Eran mucho más divertidas y estilosas que las andaluzas, y además, sus letras tenían contenido social (no hay adictos al cibersexo ni nada), algo inédito en la cita eurovisiva. Nuestra entrañable cadena pública ha debido pensar que el tres da mala suerte y han convertido a las Ketchup en cuatro. Los gerifaltes han estado lúcidos. Debieron pensar: "el año pasado mandamos a tres chicas un poco monas y bastante sositas y casi nos la cargamos. Si ahora hacemos lo mismo, nos eliminan fijo".
Al final han añadido, como si fuese un postizo cutre, a otra hermana de las susodichas. Ya que no han consultado a los españoles para mandar a estas tipas, por lo menos podrían habernos dejado mandar mensajitos para que se les uniese quien a nosotros nos saliese del móvil. Yo, por supuesto, hubiese votado por Rosa. Cómo este año han pasado de nosotros los representados, propongo que el 20 de mayo en Atenas, NADIE con España. A ver si aprenden para el 2007.